El Festival Internacional de Jazz Maule 2024 concluye este viernes 25 de octubre con tres asombrosas bandas de Suiza, Italia y Chile, prometiendo una noche que mezcla culturas y estilos musicales en una experiencia singular.

El Teatro Regional del Maule se prepara para el cierre del Festival Internacional de Jazz Maule 2024, que será el viernes 25 de octubre a las 19:30. Este evento reúne a destacados artistas del jazz contemporáneo de Suiza, Italia y Chile. En su segunda edición, el festival se ha posicionado como un referente para los amantes del jazz en la región, brindando una plataforma para propuestas musicales innovadoras y de alta calidad.

El trío suizo Puntin, Koch, Askari, formado por Claudio Puntin (clarinete), Richard Koch (trompeta) y Reza Askari (bajo), presentará un espectáculo destacado por la improvisación libre y la fusión de estilos que representan la diversa escena del jazz europeo multicultural. Su enfoque experimental y la intensa interacción entre sus integrantes garantizarán una actuación llena de creatividad y exploración sonora.

Desde Italia, el dúo Migrantes, compuesto por Andrea Manzoni y Mauro Sigura, llevará al público en un viaje musical a través de su fusión de jazz, pop, rock y tradiciones árabe-otomanas. La riqueza de sus influencias mediterráneas ofrecerá una experiencia que invita al público a descubrir paisajes sonoros vibrantes y melódicos, celebrando la diversidad cultural.

Representando a Chile, La Banda de Gregorio, una agrupación local formada en 2020, mostrará su estilo único que combina jazz, folclore y música contemporánea. Con un enfoque en la improvisación y la experimentación tímbrica, la banda ofrecerá un viaje sonoro lleno de matices que resalta la riqueza de la música maulina en el panorama nacional.

Las entradas para este evento están disponibles en www.teatroregional.cl

Escrito por Álvaro Vogel Vallespir. Historiador-Profesor.

Una breve pero poderosa frase encapsula un profundo significado. El historiador Ernest Larousse afirmaba: «Todo lo importante se repite». Esta declaración del intelectual francés sirve como una analogía perfecta para reconsiderar nuestra imagen actual de uno de los Padres de la Patria, Bernardo O’Higgins. Sin embargo, puede que la reiteración interminable de fechas, batallas y logros relacionados con este héroe no resuene de manera significativa para las nuevas generaciones. Recordar bajo la lógica del condicionamiento clásico sería un error garrafal: «aprender por memorización». Por lo tanto, es crucial ir más allá de las reproducciones disponibles en numerosas obras y considerar qué arquetipo de su vida deseamos integrar en el presente; en definitiva, explorar al hombre real, más que las caricaturas del pasado.

Para respaldar esta idea, basta con buscar en Internet y en herramientas de IA «Bernardo O’Higgins», y el número de resultados aparecerá abrumador: biografías, conmemoraciones, diarios de guerra y más. No obstante, algunos aspectos cualitativos se escapan y están ausentes en la memoria colectiva de las generaciones actuales. Por ejemplo, el gorro de marinero de Arturo Prat es un símbolo ampliamente vendido en bazares, con niños que se pintan la barba para representar a este héroe naval, mientras que las hazañas y dichos de O’Higgins son menos recordados.

Columna de opinión de Isabel Allende Bussi, senadora por la región de Valparaíso

Hace un año, vivimos un momento significativo para la comuna y la región de Valparaíso: el 23 de octubre de 2022, un grupo de actores tanto públicos como privados, liderados por el Presidente Gabriel Boric, presentamos a la ciudadanía un acuerdo destinado a Valparaíso, cuyo propósito principal era manifestar nuestra disposición y compromiso para trabajar conjuntamente en el desarrollo portuario de nuestra capital regional.

Gracias a la labor de la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), los firmantes de este acuerdo nos comprometimos a promover una ampliación portuaria que impulse el crecimiento económico de Valparaíso, siempre respetando su vocación histórica. Esto permitirá a los habitantes acceder al borde costero, respaldando el deseo de los porteños y, además, facilitar la creación de nuevas actividades productivas como la hotelería, los servicios y el turismo especializado, mediante un muelle para cruceros.

Con el tiempo, hemos trabajado de manera decidida para dar vida a este acuerdo, además de avanzar en el proyecto que busca duplicar la capacidad de transferencia de cargas, lo cual incluye la incorporación de modificaciones ambientales solicitadas por la autoridad competente y que reflejan las opiniones de los ciudadanos que se oponían a la propuesta original.

Asimismo, se avanza en el Plan Estratégico de Zona Costera, que contempla un enfoque participativo para desarrollar propuestas que beneficien los once kilómetros de costanera, permitiendo así que la comunidad disfrute de este amplio espacio, que también ofrece importantes oportunidades de emprendimiento económico, así como de actividades deportivas y culturales.

Ahora bien, es necesario que intensifiquemos nuestros esfuerzos en una nueva política portuaria. Aunque ya se están sosteniendo conversaciones al respecto, requerimos que tanto el Ejecutivo como nosotros en el Legislativo, aceleren este proceso. Es fundamental una política pública innovadora que se alinee con los desafíos que plantea el mercado internacional, donde competimos con actores fuertes que siguen avanzando, lo que nos pone en una posición de alerta.

Consideramos que esta invitación a trabajar es especialmente oportuna en el contexto de la discusión del Presupuesto Nacional, y posiblemente sea el momento adecuado para comenzar un estudio y un diálogo sobre el rol que juegan las empresas portuarias del Estado dentro de este presupuesto, así como explorar cómo la actividad portuaria puede contribuir de manera más significativa a las ciudades y territorios en los que opera.

Esta discusión está abierta y es relevante; no debería asustar a nadie, ya que hay diversas fórmulas utilizadas en otras realidades que permitirían un aporte relacionado al movimiento de carga, que no necesariamente tiene que ser un impuesto, un concepto que frecuentemente cierra de forma anticipada cualquier debate.

A un año del «Acuerdo por Valparaíso», las evidencias de avances en una conversación que estuvo estancada son claras. Hoy reafirmamos nuestro compromiso de trabajar en los cambios legales que son necesarios, así como en los aspectos económicos derivados de la actividad portuaria tanto para Valparaíso como para el resto del país, e incluir a representantes de los municipios y gobiernos regionales en las instancias decisionales de las empresas del sector, tal como sucede en otras ciudades puerto a nivel internacional.

Las oportunidades para Valparaíso y San Antonio en nuestra región, y, por ende, para el resto de nuestro país, son innegables, y ya no podemos permitirnos perder más tiempo.

PURANOTICIA