Práctico, versátil y delicioso, el sándwich se ha convertido en uno de los alimentos más populares y consumidos mundialmente. Para rendir homenaje a este platillo, celebramos su Día Mundial el 3 de noviembre.
Este delicioso invento, que data del siglo XVIII gracias a un aristócrata inglés, ha llegado a ser un pilar de la comida rápida, encontrándose en cada vez más menús de restaurantes.
Desde opciones sencillas como el clásico “sándwich mixto” hasta elaboraciones más sofisticadas, los sándwiches pueden llevar una amplia gama de ingredientes, lo que los hace atractivos para todos los gustos. Además, su rápida preparación y fácil transporte aseguran su éxito.
Este plato ha logrado despertar pasiones en millones de personas alrededor del mundo, lo que lo hace digno de ser celebrado en grande.
Un poco de historia.
La palabra sándwich fue incorporada al diccionario de la Real Academia Española (RAE) en 1927, definiendo esta comida como «un emparedado hecho con dos rebanadas de pan de molde entre las que se coloca jamón, queso, embutido, vegetales u otros alimentos».
Sin embargo, su origen se remonta al siglo XVIII, de la mano de John Montagu, IV Conde de Sandwich, un aristócrata inglés y aficionado a los juegos de cartas. Se dice que pidió que le sirviesen la comida entre dos rebanadas de pan para poder continuar jugando sin ensuciarse las manos.
Ya sea una leyenda o no, esta historia se ha popularizado tanto que la fecha de nacimiento del conde se ha convertido en el Día Mundial del Sándwich.
Nace la comida rápida.
Este alimento acompaña meriendas infantiles y cenas informales, y su sencilla preparación lo hace irresistible incluso para los más perezosos. La imaginación juega un papel crucial, permitiendo una gran variedad de ingredientes.
Desde carne y pollo hasta vegetales y múltiples aderezos, el sándwich puede prepararse con cualquier tipo de pan y servirse frío o caliente, lo que da lugar a infinitas posibilidades.
Entre los clásicos se encuentran el sándwich mixto, jamón y queso, así como variaciones como el croque-monsieur francés, la francesinha portuguesa y los delicados sándwiches que se sirven en Inglaterra para acompañar el té de las cinco, muy apreciados por la Reina Isabel II.
También es célebre el sándwich cubano, prensado a la parrilla y relleno de jamón, cerdo asado, queso suizo, pepinillos y mostaza, y el de pastrami, famoso por la escena icónica en la película «Cuando Harry encontró a Sally», donde Meg Ryan finge un orgasmo ante este delicioso platillo.
Gourmet.
A pesar de ser un alimento rápido y ocasional, el sándwich también puede competir como un bocado gourmet.
En esta categoría se incluyen aquellos que requieren una preparación más elaborada y que utilizan ingredientes de alta calidad como quesos y embutidos artesanales o carnes exclusivas.
Numerosos chefs se han sumado a esta tendencia, creando espacios especializados en sándwiches refinados, como Rocambolesc Bikinería de Jordi Roca en Girona.
Entre las exquisiteces gourmet, destaca el sándwich considerado el más caro de España y posiblemente del mundo, creado por el chef sevillano Rafa Zafra, que incluye 30 gramos de caviar, queso crema y tartar de salmón ahumado, con un costo de 100 euros por pieza.
Los clásicos también tienen su lugar, reinventados con mozzarella de búfala y jamón ibérico, a menudo acompañados de trufa negra, uno de los ingredientes más codiciados en estas creaciones.
Ante tal diversidad, ¿quién podría resistirse a este delicioso alimento?
Los secretos de un buen “sánguche”
¿Sándwich o sánguche? Aunque su origen es inglés, en Chile hemos desarrollado nuestras propias variaciones que son muy populares.
Desde el emblemático Chacarero y el Churrasco Italiano hasta el Chemilico, Barros Luco y Jarpa, la variedad es amplia en las numerosas fuentes de soda y sangucherías, así como en restaurantes que ofrecen cocina tradicional.
“El sándwich es una institución en nuestro país, no solo porque consumimos mucho pan, sino porque hemos hecho de esta preparación algo identitario y patrimonial”, afirma Jaime Jiménez, chef instructor de Gastronomía en Santo Tomás Rancagua.
Jiménez relata que el “sánguche” se compone de un plato convencional, debiendo incluir almidón (pan), proteína (ingrediente principal), vegetales, una salsa o lácteo (emulsión o queso) y guarnición.
En cuanto al pan, recomienda calentarlo en la plancha, al horno o al vapor. Señala que, aunque hay diversas opciones, la marraqueta es la mejor elección por su textura e identidad a la hora de armarlo de manera perfecta.
La proteína debe cocinarse en la plancha, bien sazonada, asegurando que se sellen los sabores. También puede ser preparada a fuego lento en una olla.
Las emulsiones, como mayonesa, complementan los sabores de los vegetales y añaden humedad a la preparación, por lo que su sabor y textura son cruciales.
Los vegetales deben ser frescos y de buena calidad, pudiendo ser utilizados crudos, fermentados o cocidos. “Si la emulsión es sabrosa, no es necesario sazonar los vegetales, solo aportarán textura y acidez a la preparación”, concluye Jiménez.
Con Información de chilelindo.org
