Observamos y registramos.

Conmemoramos nuevamente el Día Mundial de la Libertad de Prensa, y enfrentamos un nuevo retroceso en el ejercicio del periodismo en Chile.

De acuerdo con el informe anual de Reporteros Sin Fronteras, el país descendió del puesto 52 al 69. Recordemos que en 2023 ocupamos el puesto 83, influenciado por el asesinato de la periodista Francisca Sandoval durante la marcha del 1 de mayo de 2022; por lo tanto, la posición del año pasado era alentadora, pero no logramos mantenerla.

Reporteros Sin Fronteras señala que “aunque la libertad de prensa está garantizada por la Constitución chilena, sus principios no siempre se cumplen en la práctica”. El informe indica que el periodismo de investigación está perdiendo terreno, mientras que las agresiones a periodistas aumentan y las acciones judiciales se han vuelto una constante para acallar esta labor.

Al examinar el panorama mediático, podría parecer que disfrutamos de una pluralidad en la información, pero esta percepción es engañosa. Los cuatro principales canales de televisión ofrecen esencialmente la misma programación, con líneas editoriales homogéneas, donde la calidad del contenido, incluso en el ámbito periodístico, es cuestionable. Recuerden el caso de La Red, que fue censurada y le cortaron el financiamiento por abordar temas sensibles para ciertas instituciones, limitando una voz crítica.

Los medios independientes han crecido, pero su impacto no refleja el esfuerzo, la dedicación y la calidad de su trabajo. Además, carecen de financiamiento adecuado. En mi opinión, es en este ámbito donde se desarrolla el periodismo de calidad, que, a pesar de los desafíos, se esfuerza por establecer una agenda propia e investigar asuntos que realmente afectan o interesan a la población, en lugar de enfocarse en lo superficial.

Si bien, en términos generales, y pese a las advertencias de Reporteros Sin Fronteras, vivimos en un país donde el periodismo se ejerce con respeto a la libertad de expresión y de prensa. Más allá de las responsabilidades que conlleva esta práctica, podemos informar, interpretar y opinar de manera veraz y profesional, algo que debemos valorar y preservar. Así nos han enseñado y así debemos transmitirlo.

Hoy, al iniciar la precampaña electoral, repleta de discursos diversos; mientras somos testigos de un mundo cambiante, hostil y violento; cuando el pueblo elige a dictadores dentro de un marco democrático; cuando estados genocidas actúan impunemente contra otras etnias; y cuando el concepto de crimen organizado se convierte en la norma, debemos estar ahí para observar y relatar lo sucedido. Porque mañana, eso será la única evidencia neutral frente a los hechos que revisarán las futuras generaciones.

Con Información de www.elperiodista.cl

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