Partido Socialista: Consolidación de la unidad y definición de objetivos.

El Partido Socialista ha atravesado un proceso complejo en las últimas semanas, reflejando nuestras tensiones internas y la capacidad para gestionarlas. La candidatura de Paulina Vodanovic, seguida de su decisión de retirarse, no debe interpretarse con fatalismo; es parte de una búsqueda honesta por ofrecer una opción viable desde nuestras filas. A veces, los caminos más tortuosos nos enseñan lecciones valiosas para fortalecernos.

Es completamente válido que dentro de un partido político existan diversas visiones sobre los tiempos, formas y liderazgos. Lo crucial es que esa diversidad no se convierta en dispersión. La decisión de Paulina Vodanovic de priorizar el interés colectivo es un gesto que honra nuestra tradición socialista, y debemos reconocer su generosidad y agradecer su disposición para ser parte de una primaria que necesita nuestra fuerza y unidad.

Con el apoyo del Comité Central a Carolina Tohá como candidata presidencial del progresismo, el Partido Socialista reafirma su compromiso con la unidad y una alternativa amplia que no solo busque competir, sino gobernar con un sentido transformador. No puede ser solo una alianza circunstancial; hoy tenemos la oportunidad de reconstruir un proyecto político que resuene con una mayoría social que se ha distanciado de la política institucional debido a la falta de claridad y rumbo.

Aquí es donde el Socialismo Democrático puede replantearse más allá de la suma de sus partidos. La coalición no debe limitarse a acuerdos tácticos, sino presentarse como una propuesta integral para el país, con una visión colaborativa sobre desarrollo, justicia y democracia. Ante el avance de fuerzas autoritarias en América Latina y el mundo, que aprovechan el miedo y la incertidumbre con respuestas excluyentes y anticientíficas, el Socialismo Democrático debe ofrecer certidumbres y un futuro inclusivo.

El liderazgo de Carolina Tohá puede catalizar este proceso. Su trayectoria, habilidades técnicas y claridad política pueden abrir una nueva etapa donde converjan ideas, se reencuentren trayectorias y se convoquen nuevas generaciones con aspiraciones de una política más comprometida y menos limitada a consignas. Pero para que esto suceda, se necesita un verdadero apoyo político, un programa sólido y una alianza dinámica, no solo en términos instrumentales.

El Partido Socialista debe asumir un papel de articulador en este proceso, aportando su historia, sus cuadros, su programa y su visión estratégica. Estamos en la posibilidad de ofrecer al país una alternativa que vuelva a convocar desde los pilares de la dignidad, la igualdad y el desarrollo sostenible. La reflexión sobre el futuro del Socialismo Democrático debe ser un espacio para activar estas ideas con la intención de ser una mayoría.

El momento que vivimos no admite ambigüedades. Mientras en nuestro país y la región avanzan fuerzas autoritarias que trivializan la violencia, atacan derechos y fomentan un individualismo perjudicial, aquellos que creemos en la justicia social, la democracia y la dignidad de las mayorías no podemos dudar. Esta coyuntura electoral puede ser la oportunidad para concretar ese proyecto transformador, pero requerirá de un compromiso colectivo que trascienda lo táctico. De no hacerlo, seguiremos perdiendo oportunidades mientras la ciudadanía, cansada de improvisaciones, busca certezas en otros caminos.

Con Información de pagina19.cl

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