Primarias como instrumento de democracia participativa – Página 19

Las primarias tienen como propósito resolver de manera democrática situaciones electorales que, de otro modo, podrían afectar la convivencia dentro de los partidos políticos y sus agrupaciones.

La clave para lograr los objetivos es que estas sean genuinas, representativas y reflejen la voz democrática de quienes apoyan ese sector. En lugar de que los partidos seleccionen a sus candidatos a puertas cerradas, las primarias democratizan este proceso, especialmente cuando los competidores aspiran a liderar un país.

Los candidatos deben presentar ideas, lo que contribuye a su legitimidad. Esto es fundamental en un país donde las ideas han sido eclipsadas por el espectáculo político y las redes sociales, frecuentemente utilizadas para desinformar sin repercusiones.

Las primarias permiten visibilizar las distintas corrientes de opinión dentro de los partidos y coaliciones, enriqueciendo el debate político y promoviendo una participación ampla y plural.

Aunque su existencia no resuelve por sí sola las limitaciones de nuestro régimen democrático, las primarias representan un avance significativo en la resolución de diferencias políticas. Ellas son parte de una continuidad histórica en la que algunas organizaciones, como el PS liderado por Jorge Arrate al inicio de nuestra democracia, elegían a sus candidatos de forma participativa, dependientes de sus militantes y apoyos. Cuando esta práctica se modifica en detrimento de la participación, las consecuencias pueden ser desastrosas.

Hoy, aspectos como las primarias legales, la franja electoral y la visibilidad pública son cruciales para cualquier candidato. Generalmente, el resultado es movilizador y cohesionado.

La aproximación a las primarias varía entre los sectores político-ideológicos. La ultraderecha tiende a mantener “la pureza ideológica”, evitando el diálogo público con la progresista, mientras que la derecha moderada enfrenta confusión y falta de claridad.

En este contexto, y tras intentos fallidos de organizar una primarias real para la candidata Matthei, Chile Vamos finalmente optó por seguir la decisión de la ultraderecha de evitar su primaria legal, lo que implica rechazar el escrutinio público de este ejercicio democrático.

Independientemente de que esto resulte anecdótico o ridículo, las declaraciones de «muertes inevitables» de la candidata Matthei en un programa radial, intentando alinearse con la derecha radical, son preocupantes.

Justificar los crímenes de lesa humanidad como actos de temporada es una falta de memoria sobre la dictadura militar y sus prácticas sistemáticas de terrorismo de Estado durante 17 años. Estas expresiones tocan las fibras más profundas de nuestra historia reciente y generan dudas sobre el compromiso de la derecha con la democracia como forma de convivencia, dejando abierta la posibilidad de que se repitan políticas de exterminio.

En el actual escenario, el progresismo y la izquierda enfrentan sus propios desafíos. Aunque la inminente primaria ya se ha llevado a cabo, queda por ver si estos años de convivencia en el poder han permitido procesar adecuadamente las diferencias entre los sectores que sustentan el Gobierno del Presidente Boric, o si solo se trata de una forma superficial de cordialidad fomentada por el ejercicio del poder.

Un enfoque para moderar las pasiones electorales podría ser centrarse en los objetivos políticos que definen este periodo, reconociendo que ningún sector puede prescindir del otro, ya sea para formar gobierno o una oposición efectiva tras las elecciones presidenciales de noviembre.

En ambos casos, ya sea que se gane o se pierda, la clave radica en consolidar avances democráticos tras más de 30 años de democracia, con el objetivo de promover derechos sociales, políticos y económicos universales garantizados por el Estado como ente articulador de la sociedad y su paz.

Con Información de pagina19.cl

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