Por Miguel Ángel San Martín, desde Madrid
Fuente Obejuna es una localidad española situada en la provincia de Córdoba, que vivió un acontecimiento de gran relevancia durante la época de los Reyes Católicos, en abril de 1476. Según el testimonio del Canónigo de la Catedral de Cuenca, Sebastián de Covarrubias, capellán del Rey Felipe II, los habitantes del pueblo se levantaron en contra del Gobernador Mayor de Calatrava, Hernán Pérez de Guzmán, a quien asesinaron en su hogar mediante puñaladas y pedradas.
En su narración, Covarrubias menciona que los jueces que llegaron a investigar los hechos, a pesar de utilizar torturas en los interrogatorios, solo obtuvieron como respuesta: “Fuente Obejuna lo hizo”. Añade, de manera interesada, una justificativa del incidente que favorece a las autoridades de la época. No obstante, siglo y medio después, el dramaturgo Lope de Vega rescató esta historia y la transformó, en 1614, en una destacada obra teatral, que fue estrenada en Madrid en 1619, convirtiéndose rápidamente en un símbolo de la literatura del Siglo de Oro español.
Lope de Vega presenta en tres actos la conspiración popular y su desenlace dramático, considerándola “un símbolo de la unión del pueblo frente a la opresión y el abuso”.
Recuerdo este relato literario al ver las reacciones que se generan hoy en el mundo ante las amenazas y comportamientos agresivos y abusivos del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. En pocas semanas, Trump ha exhibido lo peor de la arrogancia del poder, vulnerando derechos humanos básicos de los inmigrantes, despreciando tratados internacionales, especialmente en el ámbito económico, y apoyando a figuras que provocan desastres humanitarios a través de guerras criminales. Ante tales acciones, los países implicados están levantándose “todos a una”, como los ciudadanos de Fuente Obejuna.
No temiendo al matón, están asumiendo el papel de los habitantes de aquel pueblo del pasado y respondiendo con firmeza donde más duele, en lo económico. Es una coalición impulsada por la razón, el sentido común y la justicia que se alza en un mundo civilizado.
Europa se está rearmando para poner al día sus capacidades, ya que actualmente depende en gran medida de Estados Unidos en este ámbito. Esta actualización debe hacerse de manera rápida y efectiva. Los tiempos son inestables y amenazantes. Y si además surge un líder experto en enriquecerse a cualquier precio, recordemos las palabras del escritor romano Vegecio: “Si vis pacem, para bellum”, es decir, “si quieres la paz, prepárate para la guerra”.
Asimismo, Europa se prepara unida para enfrentar esta peligrosa situación y busca ganar tiempo. Es necesario modernizar las propias industrias de armamento, pero sin dilapidar recursos en diversificar productos. Por ejemplo, al fabricar tanques, se debería potenciar la producción de los Leopard alemanes; utilizar los cazas franceses, los misiles británicos y las fragatas españolas. Un experto hispano comentó que “Europa no debería adquirir los aviones F-35 de Estados Unidos ni utilizar el satélite Starlink de Elon Musk, que nos está espiando a todos, sin excepciones”. Agregó que “no deberíamos comprar ni un solo utensilio de la vajilla de la Casa Blanca, hasta que secivilice”.
En conclusión, los europeos no desean seguir dependiendo de Estados Unidos en este momento. Y dado que el intercambio comercial con ellos es significativo y Trump aumenta arbitrariamente los aranceles a diversos productos, Europa responderá de manera unida y decidida.
Una situación similar acontece con otras naciones, como México y Canadá, que comienzan a replicar las tácticas que el mandatario estadounidense ha implementado. Esto le causará molestias al provocador, que no respeta los acuerdos y desestima las consecuencias.
El mundo se une y responde como lo hicieron los de Fuente Obejuna: “Todos a una”.
Con Información de desenfoque.cl