La guerra en Ucrania ha acumulado ya tres años de repercusiones directas en el sector de la defensa en Europa: además del incremento en la demanda de armamento y munición y la presión en los mercados de ciertas materias primas, se han observado aumentos en los presupuestos de defensa y un notable crecimiento en la industria. A esto se le suma la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien ha reavivado la tensión con su postura sobre la defensa de Ucrania y las relaciones transatlánticas.