La tarde del martes 25 de febrero de 2025, Chile se vio sumido en la oscuridad. Un apagón que duró más de 14 horas paralizó casi todas las regiones del país, desatando una alarmante prueba sobre la fragilidad de su seguridad energética. Las líneas de transmisión Nueva Maitencillo-Nueva Pan de Azúcar y Cardones-Polpaico, operadas por ISA InterChile, colapsaron, provocando el apagón del 80% del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Esta situación dejó a 6,5 millones de hogares, el 99% de los residenciales en el país, sumidos en la oscuridad, evidenciando una matriz eléctrica que, a pesar de sus avances en energías renovables, carece de una visión estratégica sólida.
Ante la situación, las autoridades del sector y el gobierno anunciaron rápidamente investigaciones y auditorías para esclarecer las causas y responsabilidades del incidente. Sin embargo, aunque esta iniciativa es necesaria, las auditorías tienden a enfocarse más en encontrar culpables que en ofrecer soluciones si no hay una perspectiva clara sobre el futuro.
Así, la pregunta inmediata es: ¿cuándo y dónde comenzó el apagón? La pregunta de fondo y más crucial es: ¿quién asume la responsabilidad de establecer plazos y metas frente a amenazas que han sido diagnosticadas desde hace tiempo? ¿Quién desata la tramitación administrativa que limita el desarrollo cuando existen herramientas técnicas y de control suficientes para facilitar inversiones sostenibles? Este evento ha resaltado la obsolescencia de la infraestructura energética y los retrasos en proyectos clave como Kimal-Lo Aguirre y Lo Aguirre-Entre Ríos, en un periodo de transición energética y aumento de demanda.
Sin buscar chivos expiatorios ni cortinas de humo, este apagón revela un sistema al borde de un colapso inminente que requiere cambios urgentes
De acuerdo al Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), el apagón fue causado por una falla en la línea de 500 kV Cardones-Polpaico, que impactó al 80% de los clientes del SEN, equivalente a 6,5 millones de hogares, según datos de la SEC.
Dentro de los proyectos atorados se encuentra Kimal-Lo Aguirre, aprobado en 2018 por el Ministerio de Energía y adjudicado a Transelec en julio de 2022. Este proyecto consiste en una línea de transmisión de corriente continua (HVDC) de 1.342 km entre la subestación Kimal en Antofagasta y Lo Aguirre en Pudahuel, Región Metropolitana. El costo del proyecto es de USD 1.500 millones, y tiene una capacidad de 3.000 MW, que representa el 25% de la demanda diaria del SEN, que alcanzó 12.000 MW en 2024, según el CEN. Está diseñado para trasladar energía limpia del norte al centro del país. Sin embargo, su apertura, programada para julio de 2029, se encuentra bloqueada por más de 5.000 trámites administrativos, lo que limita el progreso en la matriz energética que ha sufrido el reciente apagón.
En conexión con el anterior, otro proyecto crucial es Lo Aguirre-Entre Ríos, que está integrado en el Plan de Expansión de Transmisión 2024 del Ministerio de Energía y fue aprobado por la CNE en diciembre de 2024. Este proyecto, en fase preliminar y con una operación estimada para 2034, conectará la subestación Lo Aguirre con Entre Ríos en Ñuble, permitiendo una capacidad de 3.000 MW (2.000 MW por polo). Su diseño busca aliviar la saturación en la zona centro-sur, donde la demanda ha aumentado un 3,5% anual entre 2020 y 2024. Además, integrará la energía eólica del sur, consolidando la importancia de Lo Aguirre como un nodo clave para la red. Su proximidad a Santiago y su infraestructura esencial favorecen el desarrollo complementario de centros de datos y sistemas de almacenamiento en baterías (BESS), cruciales para estabilizar la red y convertir la región en un polo energético y tecnológico de gran relevancia.
La matriz energética chilena enfrenta tanto avances como limitaciones evidentes. El sistema genera considerables costos económicos y sociales. Se estima que se pierden USD 500 millones anualmente por vertimientos y sobrecostos, según EcoJournal (2024), mientras que las tarifas eléctricas aumentaron notablemente en 2024, a pesar de la Ley PEC 3. El apagón del 25 de febrero impactó severamente al sector minero, que consume 3.600 MW (30% del consumo total), y complicó la atención en hospitales y otros servicios públicos.
En 2025, la capacidad instalada de la matriz energética de Chile es de 32.000 MW, de los cuales el 42% proviene de fuentes renovables no convencionales: solar (8.500 MW), eólica (4.000 MW) y mini hidro (1.000 MW), según el CEN. Las termoeléctricas a carbón, que han disminuido en 1.600 MW hasta 2024 y otros 1.000 MW adicionales en 2025, todavía contribuyen con 4.800 MW (15%), pero están en proceso de desuso. La red de transmisión, que cuenta con 8.000 km de líneas de 500 kV, pierde 4.200 GWh anualmente, lo que representa un 5% de la energía generada, según el Ministerio de Energía. La producción varía según la estación: en verano, la solar genera 2.500 MW (20% de los 12.500 MW demandados); en invierno, la hidroelección aporta 4.000 MW (35%) y la eólica 1.200 MW durante la noche. El consumo alcanza picos de 11.000 MW diurnos en verano (240 GWh diarios) y 13.000 MW nocturnos en invierno. La distribución eléctrica abarca casi el 99%, con Enel (33%) y CGE (43%) dominando el mercado. Sin embargo, la recuperación del suministro fue lenta: a las 22:00 del 25 de febrero, solo el 50% de los hogares contaba con electricidad.
En este contexto, Lo Aguirre se establece como un nodo estratégico, aunque está limitado por regulaciones obsoletas. Por ejemplo, el Centro Nuclear Lo Aguirre, ubicado en el kilómetro 20 de la Ruta 68 y administrado por la CCHEN, establece una zona de exclusión de varios kilómetros desde 1977, a pesar de que su reactor RECH-2, que está inactivo desde 2010 tras el traslado de su combustible a Estados Unidos. Esta restricción negativa limita el aprovechamiento de terrenos adyacentes para proyectos como sistemas de almacenamiento en baterías (BESS), centros de datos y otros desarrollos industriales o inmobiliarios, impidiendo que la región contribuya de manera más efectiva a la matriz energética nacional.
Con Información de desenfoque.cl