Impacto ambiental de las bombillas de plástico según la investigación científica.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha implementado una nueva orden ejecutiva que pone fin a la compra y uso obligatorio de bombillas de papel por parte del gobierno federal estadounidense.

Con esta decisión, se revierte la política adoptada durante la administración de Biden, que buscaba eliminar gradualmente las compras federales de plásticos de un solo uso.

Tras la firma de la orden, el gobierno de Trump emitió un comunicado en el que se afirma que la “campaña irracional contra las pajitas de plástico ha llevado a los estadounidenses a usar pajitas de papel que no cumplen su propósito”.

Desde la Casa Blanca se argumentó que la prohibición de las bombillas de plástico fue una reacción a la presión de activistas que priorizan el simbolismo sobre la evidencia científica.

Sin embargo, ¿qué revelan los estudios más recientes sobre el uso de bombillas de plástico en comparación con las de papel?

Un océano de plástico

Un informe de 2024 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revela que la producción de plásticos se duplicó entre 2000 y 2019, pasando de 234 a 460 millones de toneladas a nivel global.

De acuerdo con la OCDE, la producción y el uso de plásticos alcanzarán los 736 millones de toneladas en 2040, un 70% más que en 2020.

Asimismo, se estima que los volúmenes de plástico mal gestionados incrementarán un 47%, y las fugas de plásticos al medio ambiente un 50% para el año 2040.

En relación a los océanos, la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO indica que los residuos plásticos constituyen el 80% de la contaminación marina, con entre 8 y 10 millones de toneladas métricas de plástico que ingresan a los océanos cada año.

Las proyecciones sugieren que, para 2050, la cantidad de plástico podría superar a la de todos los peces en los océanos.

Bombillas de papel se degradan más rápidamente

Un estudio realizado por Bryan D. James y otros investigadores y publicado en ACS Publications muestra que las bombillas biodegradables tienen un tiempo de degradación de entre 10 y 20 meses en el océano. En contraste, las bombillas de plástico no mostraron signos de degradación durante el tiempo de observación.

Los investigadores exploraron la hipótesis de que cambiar la forma del producto (es decir, la superficie) podría reducir la vida útil de las bombillas en el medio ambiente.

Los resultados demostraron que la biodegradación de un prototipo de bombilla de celulosa con superficie espumada fue más del doble de rápida que la de su versión sólida.

Animales marinos ingieren bombillas plásticas

Respecto a la vida marina, Cristóbal Correa, director de campañas de contaminación marina de Oceana en Chile, enfatiza que “los plásticos impactan negativamente a la vida marina, incluyendo enmalles y pesca fantasma, donde las especies quedan atrapadas en plásticos flotantes o en artes de pesca abandonados”.

Correa agrega que “la ingesta de plásticos por parte de los animales, quienes los confunden con alimentos, provoca muertes por obstrucción intestinal, y la dispersión de especies invasoras puede ser facilitada por plásticos flotantes”. También subraya la degradación o alteración de hábitats, como los nidos de aves marinas hechos de plásticos, que poseen peores propiedades térmicas para el proceso de incubación.

Además, menciona que “los plásticos pueden liberar o absorber sustancias químicas contaminantes que son perjudiciales para las especies y que se pueden bioacumular, llegando a la cadena trófica y, eventualmente, a los humanos”.

En cuanto a las bombillas plásticas, Correa señala que su principal consecuencia para la vida marina es la ingesta y la degradación de hábitats. “Estamos hablando de un producto que se utiliza en promedio por menos de 30 minutos, pero cuya permanencia en el medio ambiente puede superar los 200 años, dependiendo de su materialidad”.

Desde Oceana se considera que “en vez de discutir sobre los tipos de bombillas, es crucial detener la generación de residuos, empezando por aquellos que son más fáciles de evitar, como los plásticos de un solo uso y desechables”.

Ley de plásticos en Chile

Es relevante recordar que desde 2021 está en vigor la “Ley de plásticos de un solo uso” en Chile, que regula la entrega de bombillas en establecimientos de alimentos.

“La normativa tiene un período de implementación que finaliza en febrero de 2026, pero desde agosto de 2021, ya están vigentes ciertas prohibiciones. Desde esa fecha, está prohibido entregar artículos de plástico de un solo uso, como bombillas, cubiertos, palillos, revolvedores y productos de plásticos no biodegradables”, explica Correa.

“Esta ley posiciona a Chile como uno de los países pioneros en la regulación de desechables. Es vital que se cumpla adecuadamente y que los regulados sigan la normativa legal”, concluye.

Bombillas de papel podrían contener los mismos contaminantes que las de plástico

Un estudio citado por la administración de Trump para justificar la eliminación de bombillas de papel indica que estas alternativas “utilizan sustancias químicas que pueden representar un riesgo para la salud humana”.

En concreto, Trump se refiere a un estudio de 2023 publicado en ScienceDirect por Pauline Boisacq y otros investigadores de la Universidad de Amberes, que halló “sustancias químicas permanentes” tanto en bombillas de papel, bambú y vidrio como en las de plástico.

Estas “sustancias químicas permanentes”, conocidas como PFAS, son reconocidas por su alta solubilidad en agua y su capacidad para transferirse de la bombilla a la bebida.

De acuerdo con los investigadores, no se encontraron “grandes diferencias entre los tipos de materiales ni entre los continentes de origen. La presencia de PFAS en pajitas de origen vegetal sugiere que no son necesariamente biodegradables y que el uso de estas pajitas podría contribuir a la exposición humana y ambiental a PFAS”.

La huella de carbono de las bombillas de papel

Otro aspecto a considerar es la huella de carbono que cada tipo de bombilla deja a lo largo de su producción.

Un estudio de 2014, llevado a cabo por Jessada Boonniteewanichse y otros investigadores y publicado en ScienceDirect, indica que a pesar de ser fabricadas con combustibles fósiles, las bombillas de plástico poseen una huella de carbono menor que las de bioplástico, las cuales se les supone biodegradables.

El estudio concluye que las emisiones relacionadas con las materias primas, la fabricación y la eliminación de bombillas biodegradables generan más contaminación que las correspondientes a las bombillas de plástico. Sin embargo, los investigadores apuntan que “si se logran reducir estos residuos, la huella de carbono de las bombillas [biodegradables] podría ser menor que la de las bombillas [de plástico]”.

En 2020, Guilherme Marcelo Zanghelini y otros investigadores publicaron resultados similares al evaluar el ciclo de vida de las bombillas. Dicho estudio, publicado en ScienceDirect, reveló que las bombillas de papel tienen un impacto ambiental mayor en comparación con las de plástico.


Con Información de www.fastcheck.cl

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