San Carlos de Purén: una celebración multitudinaria en honor a la fe, la historia y el mantenimiento del orden público.



Cedida | Firedrone

La localidad de San Carlos de Purén, ubicada a 12 kilómetros al sur de Los Ángeles, fue escenario de una de las celebraciones religiosas más significativas de la provincia de Biobío ayer.

Alrededor de 10,000 personas se congregaron para participar en las actividades que rinden homenaje a la Purísima de San Carlos de Purén, una tradición que fusiona devoción, historia y cultura en un evento de gran magnitud.


Despliegue de seguridad efectivo en San Carlos Purén

Este año, la celebración se llevó a cabo con un balance positivo en términos de seguridad. Juan Pablo Parra Fuentes, director subrogante de Seguridad Pública de la Municipalidad de Los Ángeles, subrayó el comportamiento general de los asistentes.

“Podemos afirmar que la asistencia fue muy buena. Se registraron 142 infracciones relacionadas con comercio ilegal, y aunque ocurrieron algunas situaciones menores vinculadas al consumo de alcohol, no hubo incidentes significativos”, declaró.

El mayor Luciano Lagos, de la Primera Comisaría de Los Ángeles, describió los operativos policiales establecidos. “Carabineros organiza cada año un servicio esencial para esta festividad religiosa”.

“Se asignaron efectivos de tránsito, patrullas motorizadas y personal en el área del santuario para asegurar que los participantes pudieran disfrutar del evento con tranquilidad. También se garantizó la seguridad en las rutas de acceso, tanto en la Ruta 5 Sur como en los caminos adyacentes”, explicó.

En las cercanías del evento, se reportó la detención de un individuo por infracción a la Ley 20.000, quien fue entregado al Ministerio Público.



Historia enraizada en la frontera colonial

La festividad tiene sus orígenes en la época colonial, cuando la imagen de la Inmaculada Concepción, traída de España en el siglo XVII, comenzó a recorrer diferentes asentamientos a lo largo de la frontera hispánica, delimitada por el río Biobío en el dominio del imperio español.

Desde Nacimiento y Bureo hasta llegar a Purén Nuevo, esta figura religiosa representó un símbolo de fe y de presencia militar en un territorio hostil.

Los constantes conflictos con la nación mapuche llevaron a la población y a la imagen a atravesar ambas riberas del Biobío hasta finales del siglo XIX, cuando la pacificación permitió la fundación de la villa de San Carlos en su ubicación actual.

Desde entonces, la figura, conocida popularmente como la Purísima de San Carlos de Purén, se ha consolidado como el núcleo de una peregrinación que cada 8 de diciembre reúne a miles de devotos, incluidos muchos jinetes que llegan montados en sus caballos en una expresión de religiosidad tradicional.

La festividad es un acto de fe, pero también una manifestación cultural que revive la historia de una región caracterizada por su legado colonial y sus tradiciones rurales.

La peregrinación, que entrelaza elementos religiosos con expresiones propias del campo chileno, como los jinetes y sus magníficas monturas, representa una devoción popular que se renueva cada año.



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Con Información de chilelindo.org

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