El personaje de Papá Noel, conocido por su imagen de anciano amable con barba blanca, vestido con un traje rojo y cinturón blanco, es en realidad una amalgama de diferentes tradiciones culturales de diversas partes del mundo. Encontramos a Mikulás en Centroeuropa, Sinterklass en los Países Bajos, Father Christmas en Gran Bretaña y Bonhomme Noël en Francia. Sin embargo, lo más fascinante es indagar en el origen de este querido personaje.
Uno de sus más significativos precursores es San Nicolás de Bari, cuya historia está vinculada a la religión católica. Nació en el siglo III d.C. en Patara, Turquía. A la temprana edad de huérfano, tras perder a sus padres, encontró consuelo en la religión y comenzó a compartir su fortuna con los más necesitados.
Se convirtió en obispo de Mira, siendo conocido por su generosidad hacia los jóvenes, ganándose el apodo de «episcopus puerorum», el obispo de los niños.
Falleció el 6 de diciembre a mediados del siglo IV y fue canonizado por la iglesia católica, adoptando el nombre de San Nicolás. Desde el siglo VI, comenzaron a levantarse templos en su honor. Poco después del primer milenio, sus restos fueron trasladados a Bari, Italia, lo que le dio el título de San Nicolás de Bari.
La tradición católica en torno a San Nicolás fue en auge en Europa durante el final de la Edad Media, asociando su figura con la festividad navideña (cercana a la fecha de su muerte) y estableciendo la costumbre de repartir juguetes y dulces entre los niños.
En la actualidad, en varios países eslavos de Europa central, se mantiene la tradición del Mikulás, que se celebra en la fecha de su muerte, 6 de diciembre, aunque en algunas regiones se conmemora la noche anterior.
Los niños colocan una bota navideña en el alféizar de la ventana, esperando que el Mikulás la llene de frutas, golosinas, caramelos y, ocasionalmente, algún pequeño juguete.
En Chile, Santa Claus es conocido como Viejito Pascuero. Este concepto surgió en la juguetería Bazar Alemán, de los hermanos Krauss, situada en la Plaza de Armas de Santiago. En 1905, ellos fueron los primeros en exhibir una figura de Santa Claus en su vitrina. Según el historiador Cristián Salazar, el apodo «Viejito Pascuero» fue popularizado por el público que vio esta figura, coincidiendo con el uso de «Pascua» para referirse a la Navidad en Chile.
En definitiva, lo que permanece inalterable en las diferentes culturas que celebran estas festividades es la magia de la Navidad, un tiempo donde la ternura, la ilusión y el amor prevalecen por encima de todo. Un último deseo es que esta magia nunca se pierda.
Con Información de chilelindo.org