Caso Brinks: La Fiscalía imputará cargos a tres funcionarios de la PDI por presunta omisión y obstrucción.

Tres miembros de la Policía de Investigaciones (PDI) se enfrentarán a un proceso de formalización por su presunta participación en el robo a la sucursal de Brinks en Rancagua, donde una banda sustrajo más de $11 mil millones el pasado 16 de agosto.

Hasta el momento, 28 personas han sido formalizadas, todas en prisión preventiva, y solo se han recuperado 228 millones de pesos, una cantidad muy baja en comparación con el total del robo.

Los funcionarios, uno de ellos jubilado y dos en servicio activo, serán formalizados por omisión de denuncia y obstrucción a la justicia. Los implicados son Álex Zúñiga, ex prefecto del Cachapoal; Daniel Flores, subprefecto; y Rodrigo Muñoz, comisario de la Brigada de Homicidios de Rancagua.

La Fiscalía Regional de O’Higgins ha solicitado al tribunal que fije una fecha para esta formalización. Según el canal 24 horas, la PDI confirmó la inminente formalización, pero no quiso hacer más comentarios sobre la investigación debido a que implica a funcionarios policiales.

Entre los 28 detenidos en este caso, hay cinco ex carabineros, todos también en prisión preventiva junto con el resto de los acusados.

El día del robo, un grupo de al menos 20 personas, con la complicidad de una cajera y un guardia de seguridad, logró llevarse $11.465.818.468, según se detalla en una querella presentada por los representantes legales de Brinks contra los detenidos.

Tras este audaz atraco, que fue grabado detalladamente, la Fiscalía Regional de O’Higgins inició una investigación por robo con violencia, apropiación indebida de bienes ajenos, violencia o intimidación hacia las personas y asociación ilícita.

En el caso del guardia Óscar Orellana y la cajera Ximena Fuentes, ambos acusados, se les acusa también de revelación de secretos comerciales y se les imputa una «participación directa» en los delitos, según señalan los querellantes.

La querella detalla cómo se llevó a cabo el robo, mencionando que la cajera, que trabajaba como «operadora de efectivo», salió a fumar afuera con otras dos operadoras y la supervisora de operaciones.

Fue entonces cuando siete individuos encapuchados descendieron violentamente, uno de ellos armado con un fusil AK-47, intimidando a las trabajadoras presentes.

También se describe el papel del guardia en facilitar la entrada de los delincuentes al lugar donde se guardaba el dinero, que luego fue transferido a un segundo grupo que esperaba afuera del muro perimetral para recibir el botín.

Un tercer grupo brindó cobertura durante el robo: «Mientras el primer grupo llevaba a cabo las acciones planificadas delictivamente, un tercer grupo se encargó de proporcionar cobertura, realizando disparos y distracciones».

PURANOTICIA

Con Información de chilelindo.org

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