El candidato a alcalde de Ñuñoa, exministro de Sebastián Piñera y expresidente de BancoEstado, Sebastián Sichel, se enfrenta a una nueva polémica. Bajo su gestión al frente del banco, la entidad pagó $21 millones al abogado Luis Hermosilla, quien actualmente se encuentra en prisión preventiva por delitos de corrupción. Hermosilla fue contratado para llevar una querella de sabotaje informático, que resultó ser una «gestión sin destino», generando dudas sobre las decisiones de Sichel durante su administración en el banco, justo en medio de su campaña electoral.
Los hechos ocurrieron en septiembre de 2020, en plena pandemia, cuando BancoEstado sufrió un ataque informático que paralizó sus sistemas y obligó al cierre de 410 sucursales a nivel nacional. En respuesta, Sichel decidió contratar a Hermosilla, quien fue recomendado como el «abogado estrella» por la fiscal del banco, Isabel Cabello. Sin embargo, la defensa que presentó consistió en una querella de apenas cinco páginas, que fue rápidamente declarada inadmisible por los tribunales. A pesar de la falta de resultados, Hermosilla se embolsó $21 millones por su trabajo.
Una vez presentada la querella, la investigación siguió su curso, pero como suele ocurrir con este tipo de delitos, relacionados generalmente con bandas internacionales, el caso fue cerrado en junio de 2021 por falta de avances. BancoEstado solicitó la reapertura del caso, pero el recurso de apelación también fue desestimado, poniendo fin a la indagatoria.
A pesar de estos resultados, Sichel defendió la decisión de contratar a Hermosilla, argumentando que la ley obligaba al banco a querellarse. No obstante, muchos cuestionan el pago millonario al abogado, quien actualmente enfrenta cargos por corrupción.
La relación entre Sichel y Hermosilla
Conversaciones filtradas entre Hermosilla y el empresario Álvaro Jalaff, reveladas por El Mostrador, indican que Hermosilla veía la llegada de Sichel a BancoEstado como una oportunidad para fortalecer sus propios intereses. En los mensajes, Hermosilla calificó la designación de Sichel como «demasiado buena» para ellos. Sin embargo, Sichel ha negado cualquier tipo de relación especial con Hermosilla y ha reiterado que la Fiscalía del banco tenía autonomía para decidir sobre la contratación de abogados externos.
El escándalo se intensifica al conocerse que Hermosilla recibió más de $4.370 millones en su cuenta personal en el Banco BCI durante poco más de dos años, provenientes de entidades estatales y privadas, entre ellas BancoEstado. Los $21 millones pagados por Sichel durante su gestión han puesto en duda su manejo de los fondos públicos y su capacidad de tomar decisiones en momentos críticos.
Con Hermosilla en prisión preventiva y las revelaciones sobre los $21 millones pagados bajo la gestión de Sichel, el escándalo se vuelve insostenible. La millonaria contratación de un abogado ahora imputado por corrupción no solo cuestiona el criterio de Sichel, sino que plantea serias dudas sobre su ética y transparencia. ¿Es este el tipo de liderazgo que Ñuñoa necesita? Los críticos aseguran que este episodio pone en evidencia las malas decisiones y las conexiones peligrosas que Sichel intentaría ocultar, lo que podría terminar sepultando sus aspiraciones políticas.