La candidatura de Marcela Cubillos, exministra de Educación y actual aspirante a la alcaldía de Las Condes, enfrenta una fuerte crisis tras revelarse que percibía un salario mensual de 17 millones de pesos brutos de la Universidad San Sebastián (USS) sin haber cumplido con la docencia activa. La noticia, publicada por “El Mostrador”, ha generado una ola de críticas, especialmente al conocerse que Cubillos continuó recibiendo este sueldo incluso después de haberse trasladado a Madrid, donde reside junto a su esposo Andrés Allamand (RN), quien ocupa el cargo de Secretario General Iberoamericano.
La controversia no solo ha afectado a Cubillos a nivel personal, sino que ahora también amenaza con poner cuesta abajo su carrera política en medio de la campaña municipal. La exministra es acusada de haber sido beneficiada por la USS, una universidad privada que recibe financiamiento estatal, lo que genera serios cuestionamientos éticos sobre el uso de fondos públicos para pagar a figuras políticas con vínculos con la derecha. El salario de Cubillos se percibe como un privilegio otorgado por la universidad, a costa de los estudiantes y en detrimento de la calidad educativa.
Jorge Burgos, exministro de Interior y actual colaborador en la USS, expresó su sorpresa por el elevado salario de Cubillos en una entrevista en el programa “Desde la Redacción”. “Es un sueldo desconocido. No soy un académico, pero me sorprende el monto”, comentó Burgos, quien trabaja en un centro de estudios de la Facultad de Derecho de la misma universidad. Destacó que, a pesar de no formar parte de la planta académica, su equipo realiza una considerable carga de trabajo, lo que hace aún más desconcertante la remuneración de la exministra.
Las críticas hacia Cubillos se centran en su escasa actividad académica. Fuentes internas de la USS señalan que «prácticamente nunca impartió clases», lo que ha generado serios cuestionamientos sobre la ética de su contrato, el cual continuó activo incluso durante su estancia en Madrid. El ministro de Justicia, Luis Cordero, al ser consultado sobre el caso, sostuvo que corresponde a la propia comunidad universitaria evaluar la pertinencia del contrato. “¿Es ético cobrar eso sin hacer clases? Eso depende de cómo esté establecido el contrato”, señaló el ministro, evitando un pronunciamiento directo.
El caso de Cubillos es solo la punta del iceberg. Andrés Chadwick, presidente del directorio de la USS, también ha sido señalado por mantener un contrato docente sin apenas presencia en las aulas. Lo que antes se consideraba una conexión privilegiada entre la USS y figuras clave del piñerismo, ahora se ha convertido en un lastre que amenaza con derrumbar la credibilidad de la universidad y de sus aliados políticos.
El Caso Hermosilla ha sumado más presión sobre Cubillos y Chadwick, así como sobre Sebastián Sichel, exministro, excandidato presidencial y actual candidato a la alcaldía de Ñuñoa. Si bien el caso afecta principalmente a las figuras políticas involucradas, los cuestionamientos sobre los vínculos y beneficios laborales de estas personas con instituciones como la USS han aumentado las críticas hacia su conducta ética y su relación con el poder. El hecho de que la USS haya actuado prácticamente como una caja pagadora de políticos de la derecha, utilizando recursos que provienen en parte del Estado, ha generado indignación pública y pone en entredicho las candidaturas de estos personajes.
El escándalo ha afectado a la imagen de Cubillos y Chadwick, que intentan distanciarse de las implicaciones políticas del Caso Hermosilla, mientras se incrementa la indignación por la falta de transparencia en sus vínculos laborales. Este episodio ha puesto en tela de juicio la relación entre la universidad y figuras políticas de alto perfil, intensificando las críticas sobre su rol en el ámbito público, y podría significar un golpe mortal para las aspiraciones políticas de Cubillos en Las Condes.