El pasado domingo, el Talibán instó a las naciones occidentales a suspender las restricciones aplicadas sobre las mujeres y las niñas afganas para favorecer el mejoramiento de las relaciones internacionales. El vocero principal del Talibán, Zabihullah Mujahid, subrayó la defensa del grupo por sus valores religiosos y culturales, los cuales considera fundamentales para el avance de vínculos bilaterales constructivos y la prevención de conflictos.
Esta petición fue realizada durante el primer día de un encuentro liderado por la ONU en Qatar, con el propósito de incrementar el engagement con Afganistán y coordinar estrategias frente a los desafíos del país. Esta reunión en Doha, la tercera de su naturaleza, marcó la primera vez que el Talibán participó directamente tras su ausencia en las dos ediciones previas. Según António Guterres, Secretario General de la ONU, el Talibán había establecido previamente demandas inadmisibles para unirse a la segunda reunión, incluida la exclusión de miembros de la sociedad civil afgana y el reconocimiento de su gobierno.
Mujahid enfatizó la importancia de las relaciones con los países vecinos como muestra del compromiso del Talibán para fomentar la diplomacia. Admitió que algunas políticas del Emirato Islámico podrían ser controversiales para ciertas naciones, pero advocó por la responsabilidad de los diplomáticos en buscar entendimientos más allá de enfrentamientos. Aunque no mencionó explícitamente las políticas respecto a mujeres y niñas, que han desencadenado críticas globales, reafirmó que tales temas se consideran asuntos domésticos y criticó la interferencia externa.
Adicionalmente, en dicha reunión, el Talibán solicitó la abolición de las sanciones económicas y la devolución de las reservas del banco central afgano localizadas en el extranjero, argumentando que estas medidas facilitarían la promoción de alternativas al cultivo de opio y la lucha contra el narcotráfico.
La tercera ronda de diálogos internacionales sobre Afganistán contempló la participación de distintos países, organizaciones no gubernamentales e instituciones, enfocándose en cómo respaldar a la población afgana frente a una crisis multidimensional. Para el Talibán, este evento representa una oportunidad clave para lograr reconocimiento a nivel global, especialmente tras el reconocimiento del embajador afgano por parte de China.
Kazajistán ha removido al Talibán de su listado de organizaciones ilegales, anticipándose a un movimiento similar por parte de Rusia. Hubo encuentros entre representantes de Arabia Saudita, Qatar, y los Países Bajos con oficiales afganos, pero la exclusión de las mujeres afganas de estas conversaciones generó críticas por parte de activistas y representantes de la sociedad civil, quienes lo vieron como un acto de desrespeto hacia los derechos femeninos.
Desde su retorno al poder en agosto de 2021, los talibanes han limitado severamente los derechos de las mujeres en áreas clave como el movimiento, el trabajo y la educación superior, y han reintroducido castigos físicos y ejecuciones públicas. Mujahid argumenta que estas políticas internas deben distinguirse de las dinámicas de las relaciones internacionales.
Con información de https://www.pressenza.com/es/2024/07/afganistan-eje-de-la-reunion-convocada-por-onu-en-doha/