Un estadio representa la identidad de una nación.

Hoy nos enteramos de dos muertes más, que se suman a la triste lista de fallecimientos que la prensa reporta a diario. Un niño fue atropellado por un lanzagases, una joven perdió la vida aplastada por una avalancha en las rejas del estadio Monumental, además de una mujer que fue baleada en su hogar y un joven de 19 años con dos tiros en la cabeza. Al archivo.

Recuerdo que, cuando era un adolescente, solía ir al estadio solo. Durante el entretiempo, los hinchas que queríamos ver los goles de nuestro equipo más de cerca nos cambiábamos de lado. Hoy eso ya no es posible. Antes, los más adinerados se ubicaban en el sector de marquesina y el resto del estadio era abierto para todos.

Se habla de modernizar la experiencia en el estadio Monumental, pero la violencia se manifiesta de maneras distintas. En Iquique, un estadio moderno, la cancha fue invadida; en Concepción, seguidores de la «U» lanzaron explosivos a las gradas; y en Playa Ancha, hace unos años, hinchas de Wanderers y Colo Colo se enfrentaron a sablazos. Todos estos son estadios modernos.

Este problema no es reciente, lleva al menos 30 años. Recordemos cuando un miembro de la Garra Blanca apuñaló a otro en plena galería. Hace poco más de un año, en el Nacional, se intentó incendiar el Memorial del 73, lo que llevó a la suspensión del partido entre Colo Colo y Huachipato por la Supercopa. Este año no se encontró un estadio donde se pudiera jugar esa final.

Las cárceles modernas también están sobrepobladas, reflejando la conducta de la sociedad. Mientras afuera mueren dos niños, 45 mil personas observan el partido y miles más frente a sus pantallas esperan, una hora después de la suspensión, que el juego se reanude.

Es necesario detenerse y reflexionar sobre lo que está ocurriendo en nuestra sociedad. Chile está estallando socialmente de una manera diferente a lo que sucedió en 2019. La estructura social ha cambiado y la forma de informarse y de reaccionar es distinta y más impredecible.

Chile se ha vuelto ingobernable debido a un sistema que no responde a nuestra realidad social. Es crucial que el Congreso actúe, que los candidatos y candidatas dejen de lado las frases vacías y los espectáculos para la galería. ¿A quién le importa si Cuba es una democracia?

Se creará una mesa de trabajo, el gobierno anunciará acciones legales, algunos pedirán un Estado de Sitio, y algunos congresistas buscarán interpelar o acusar constitucionalmente al nuevo ministro de Seguridad. Mientras tanto, el domingo el fútbol regresa, y el lunes los titulares se centrarán en el resultado en la cancha, haciendo que olvidemos este oscuro jueves.

Un estadio es reflejo de la realidad de un país, y en Chile, la multitud permite ocultar bajo la alfombra problemas como el paro de trabajadores del sistema judicial, las mujeres que dan a luz sin anestesia en el Van Buren, la tragedia de la Bruma y la muerte del vigía del Cobra. Al archivo.

Con Información de desenfoque.cl

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