Semana calurosa podría anticipar un otoño con temperaturas más elevadas.

El equinoctio de otoño llegará el próximo jueves por la madrugada, pero el verano parece no querer irse. Este lunes, los termómetros alcanzaron los 32,3°C en la Región Metropolitana, y se pronostica que para el martes se registre una máxima de 35°C. A lo largo de la semana, las temperaturas descenderán, pero se mantendrán por encima de los 27°C.

En declaraciones a El Mercurio, Paula Santibáñez, directora del Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián, explicó que “la alta temperatura esperada para mañana se debe a un fenómeno local”. Este fenómeno, conocido como niño costero, está asociado a aguas más cálidas de lo habitual frente a las costas de Ecuador, Perú y el norte de Chile.

Según Santibáñez, este fenómeno genera precipitaciones locales en ciertas áreas, pero en la zona central del país ocasiona vaguadas costeras, resultando en días nublados alternados con días calurosos, debido a vientos secos y cálidos que descienden desde el Este. Esto provoca que la temperatura máxima alcance los 34°C en los valles del interior, especialmente en la franja que va desde la Región de Valparaíso hasta Los Ángeles, donde se experimentará calor seco.

Por su parte, el climatólogo Raúl Cordero, académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago, señaló que “este calentamiento anómalo en la costa de Ecuador y Perú tiene repercusiones en el clima de gran parte del continente sudamericano”. Esto podría explicar por qué el verano en Chile ha sido más cálido de lo previsto y por qué en Argentina se están registrando precipitaciones superiores al promedio.

Asimismo, Matías Pino, meteorólogo de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), afirmó que el calor de estos días afectará a gran parte de la zona central, desde la zona sur de la Región de Coquimbo hasta la Región del Ñuble. Este fenómeno se atribuye a un ciclón subtropical en el Océano Pacífico, generando baja humedad en el ambiente y aumento de temperatura.

Este escenario también está vinculado a poca nubosidad, lo que causa una mayor oscilación térmica, como explica Pino. “La temperatura aumenta rápidamente, pero las mañanas y las tardes son frías”, ya que el calor del suelo se disipa rápidamente debido a la falta de nubes que lo retengan.

A pesar del calor esta semana, las temperaturas no alcanzan los récords históricos para estos meses en Santiago. “En 2015, se registró una temperatura de 36,2°C; en 1978, 35,2°C; lo mismo ocurrió en 2012, y en 2016 la máxima fue de 36°C”, señaló Pino. Por lo tanto, el evento de hoy no se considera extremo y no se sitúa entre los cinco más altos de marzo.



Con Información de www.lanacion.cl

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