Se registran varios atropellos mortales de especies en peligro en las carreteras del país.

Atropello de fauna nativa: un peligro silencioso en las carreteras chilenas

Un estudio realizado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y publicado en 2023, presenta preocupantes datos sobre el atropello de fauna nativa en las áreas protegidas chilenas. El informe, que recoge información entre 2010 y 2018, revela que las aves (49%), los mamíferos (41%) y los reptiles (10%) son los grupos más afectados. Entre las especies con mayor número de atropellos se incluyen zorros, pudúes, aves paseriformes, gato güiña, guanacos, huemules y serpientes. Estos hallazgos son especialmente relevantes a días de la conmemoración del Día de la Fauna Chilena, el 4 de noviembre.

Ver también / Campaña solidaria para restaurar CHILOÉ Silvestre: esencial para proteger fauna en riesgo de extinción

El estudio subraya que uno de sus objetivos es visibilizar el problema y colaborar con diversas entidades públicas para implementar medidas que prevengan y reduzcan los atropellos a la fauna nativa, sobre todo en las áreas protegidas. Según CONAF, estos sucesos se han vuelto una amenaza grave para la conservación de especies, muchas de las cuales están al borde de la extinción.

Actualmente, hay 2,000.6 kilómetros de caminos públicos dentro de 47 áreas silvestres protegidas, que forman parte del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE). CONAF enfatiza la importancia de respetar los límites de velocidad en estas zonas, sugiriendo medidas como la instalación de señalización específica, controles de velocidad y campañas de concientización. “Es esencial trabajar en la conservación de estas especies y su entorno,” declara.

El estudio también muestra que la mayor concentración de caminos se halla en las áreas del altiplano (35%) y en la Patagonia chilena (23%). El Parque Nacional Volcán Isluga, en la Región de Arica y Parinacota, presenta el mayor número de caminos, totalizando 258 kilómetros. Otras áreas que requieren atención incluyen el Parque Nacional Lauca, el Parque Nacional Pan de Azúcar, el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y el Parque Nacional Torres del Paine.

Una de las necesidades identificadas por el estudio es la realización de monitoreos sistemáticos para evaluar el impacto de los atropellos. Esto permitiría implementar medidas preventivas más efectivas, como la educación vial y mejoras en la planificación y construcción de carreteras en áreas protegidas.

No obstante, el problema de los atropellos a la fauna silvestre se extiende más allá de las áreas protegidas. Un reciente artículo en Diario Sustentable, escrito por Ingrid Espinoza, Directora de Conservación de Rewilding Chile, presenta un caso impactante: «Un pudú intenta cruzar la carretera hacia el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales para beber agua del río Petrohué. Al tocar el asfalto, un vehículo rompe el silencio del bosque. El impacto es seco; el auto sigue adelante, mientras que los pasajeros, más preocupados por llegar pronto a los Saltos del Petrohué, no se dan cuenta de que el pequeño ciervo ha quedado inmóvil.» Este incidente es uno de los nueve documentados en esa área durante el verano.

Dicha situación se reporta continuamente en diversas localidades. En Chiloé, la organización Defendamos Chiloé reclama la necesidad de acciones inmediatas. En una de sus publicaciones exponen: “Los atropellos de pudú están causando grandes estragos en la población de pudú de #chiloe. El gobierno de Chile, MOP, Vialidad, Ministerio de Medio Ambiente y el Congreso son responsables de la amenaza de extinción de esta especie emblemática. Llevamos tiempo dialogando con autoridades y no hemos obtenido soluciones. ¡BASTA DE DESIDIA E INDOLENCIA!

Ingrid Espinoza, en su artículo en Diario Sustentable, también cuestiona la conexión entre el ser humano y la naturaleza: “Cada año, miles de personas buscan la naturaleza para desconectarse, respirar aire limpio y redescubrir el paisaje. Pero, ¿realmente nos conectamos con el entorno o simplemente lo usamos como un telón de fondo para nuestras vacaciones?”. Critica prácticas como el uso de vehículos 4×4 en dunas y playas, que destruyen nidos de aves como el pilpilén, o la entrada de perros a áreas protegidas, que ponen en peligro a especies como pudúes y huemules.

A pesar de iniciativas como ‘Lento por la Fauna, promovida por el Ministerio de Transportes junto a CONAF y el SAG, que incluyen señalizaciones en lugares con fauna, Espinoza sostiene que estos esfuerzos son insuficientes sin el compromiso de turistas y ciudadanos. “No podemos esperar que solo las normativas y las iniciativas de organizaciones ambientales resuelvan un problema que también nos afecta a nosotros”, declara.

La conservación, de acuerdo a Espinoza, comienza con decisiones sencillas: reducir la velocidad en las rutas donde hay animales, prohibir el ingreso de perros en zonas protegidas y evitar los vehículos en ecosistemas frágiles. “La naturaleza no es solo un paisaje hermoso: son ecosistemas delicados donde cada especie, desde el pudú hasta el pilpilén, desempeña un papel crucial”, recalca.

El mensaje es claro: no debemos ver la naturaleza únicamente como un destino turístico, sino como un espacio que necesitamos respetar y proteger. “Sin ella, nuestro futuro en el planeta es insostenible”, concluye Espinoza.


Con Información de www.elciudadano.com

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