El reciente brote de sarampión en Estados Unidos ha encendido las alarmas a nivel internacional, lo que ha llevado a expertos en salud pública, como los de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) y el Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII), a reiterar la importancia de la vigilancia epidemiológica y la vacunación en Chile.
Aunque el sarampión fue erradicado en Chile desde 1992, el incremento de casos en otras naciones, especialmente en Estados Unidos, representa un riesgo de introducción del virus en el país. Según el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, hasta la fecha se han reportado 607 casos en 2023, superando los 285 del año anterior. Asimismo, se han registrado 2 muertes asociadas a esta enfermedad. El CDC indica que el 97% de los casos implican a personas no vacunadas.
EL SARAMPIÓN: UNA ENFERMEDAD ALTAMENTE CONTAGIOSA
El sarampión es una enfermedad viral que afecta principalmente a niños y es una de las más contagiosas del mundo. Se propaga por medio de gotas de saliva expulsadas al toser o estornudar, y puede permanecer en el aire durante varias horas. «Un solo caso puede provocar un brote explosivo si se presenta en poblaciones no vacunadas», señala la Dra. Susan Bueno, académica de la UC e investigadora principal del IMII. Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, tos, conjuntivitis y erupciones cutáneas, y pueden derivar en complicaciones graves como neumonía o encefalitis.
En Chile, el Ministerio de Salud (Minsal) mantiene un seguimiento constante del sarampión debido a su potencial reingreso vía casos importados. La vacunación contra el sarampión es obligatoria e incluye dos dosis en el calendario nacional: una a los 12 meses y otra a los 36 meses. Esta vacuna es altamente segura y eficaz para prevenir la enfermedad, superando ampliamente cualquier tratamiento alternativo que sería únicamente paliativo.
VIGILANCIA Y ACCIÓN PREVENTIVA: UN LLAMADO URGENTE
El Dr. Alexis Kalergis, director del IMII y profesor titular en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC, resalta la necesidad de mantener una vigilancia epidemiológica estricta para identificar rápidamente los casos de sarampión y ejecutar medidas de contención. «No podemos bajar la guardia. La prevención y la pronta respuesta ante posibles casos son esenciales para impedir la reintroducción del virus en el país», advierte. También subraya que la disminución en la cobertura vacunal en determinadas comunidades incrementa el riesgo de reaparición de enfermedades previamente erradicadas. «La confianza en la vacunación debe fortalecer a través de un acceso a información basada en evidencia y mensajes claros», agrega.
COMPROMISO CON LA INMUNIZACIÓN Y LA SALUD PÚBLICA
Kalergis subraya que la inmunización es fundamental para frenar la propagación del sarampión. «Estamos observando cómo la baja cobertura de vacunación en varios países está permitiendo el resurgimiento de enfermedades prevenibles. En Chile, debemos intensificar nuestros esfuerzos para que la población complete su esquema de vacunación y para combatir la desinformación acerca de las vacunas», enfatiza.
El Dr. Pablo González, profesor asociado de la UC e investigador principal del IMII, señala que es urgente fortalecer las políticas públicas en relación a la vacunación: «No solo se trata de tener las vacunas disponibles, sino de garantizar que lleguen a los grupos poblacionales que realmente pueden beneficiarse. Es esencial reforzar las estrategias de comunicación y accesibilidad, porque el sarampión puede generar brotes con un grave impacto en la salud pública».
PREPARACIÓN DEL SISTEMA DE SALUD ANTE POSIBLES BROTES
El Dr. Hernán Peñaloza, profesor asistente de la UC e investigador joven del IMII, destaca que una reaparición del sarampión podría tener fuertes repercusiones en el sistema de salud: «Un único caso importado puede desencadenar una crisis sanitaria si no se actúa con celeridad. Es crucial promover la vacunación de la población y asegurar que el sistema de salud esté preparado para responder de manera eficiente y evitar la saturación de los centros de atención en caso de brotes potenciales», enfatiza.
En este contexto, desde la UC y el IMII hacen un llamado a mantener constantemente las medidas de prevención, que incluyen la vacunación oportuna, el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica y la educación en salud pública. Solo mediante estas acciones coordinadas se logrará proteger a la población y prevenir nuevos brotes de sarampión en Chile.
Con Información de desenfoque.cl