Cumplir con los acuerdos comerciales es fundamental para mantener relaciones estables y de confianza entre naciones. Al respetar estos acuerdos, las empresas pueden operar en un entorno predecible y con seguridad jurídica, aspectos esenciales para fomentar el crecimiento económico.
Cuando un país incumple un acuerdo comercial, se perjudica su credibilidad, no solo frente a quienes se ven directamente afectados, sino también ante otros que podrían estar considerando la posibilidad de futuros tratados. Este daño a la reputación puede ser más duradero que las repercusiones económicas inmediatas de la ruptura del acuerdo. Este es el efecto que se está observando tras la implementación de nuevas tarifas por parte del gobierno de Trump.
Surgen interrogantes legítimos: ¿será esta la única elevación de tarifas? ¿Habrá más restricciones no arancelarias en el futuro? Estas preguntas son especialmente relevantes teniendo en cuenta cómo Estados Unidos ha modificado de manera abrupta sus acuerdos comerciales. Como consecuencia, el comercio global podría desacelerarse, no solo por la posible recesión ya anticipada, sino también por la desconfianza y precaución que muchos países mostrarán al abordar futuros acuerdos con EE. UU. Mientras no se recupere la confianza en el cumplimiento de compromisos por parte de EE. UU., es probable que el crecimiento mundial sufra un impacto negativo.
Con Información de www.elperiodista.cl