La Corte de Apelaciones de Santiago ha establecido un monto de $45.000.000 como indemnización por daño moral que el Estado deberá abonar a un sobreviviente de las torturas llevadas a cabo bajo la desaparecida «Llama de la libertad», durante la dictadura de Augusto Pinochet.
De acuerdo a lo informado por el Poder Judicial, la Cuarta Sala del tribunal, compuesta por la ministra Inelie Durán, el ministro Matías de la Noi y el abogado (i) Eduardo Hernández, ratificó unánimemente la sentencia impugnada emitida por el 26º Juzgado Civil de Santiago, ajustando el monto de la indemnización en función del daño comprobado.
“Es bien sabido que existen dificultades para determinar, de manera cuantitativa y económica, la compensación por daño moral. Sin embargo, para valorar dicho daño y ante la falta de estándares estadísticos o técnicos sólidos, es necesario recurrir a parámetros que sirvan como criterios orientadores, guiados por la prudencia, la equidad y la experiencia. Así, dentro de lo posible, se debe considerar datos objetivos –los hechos probados– la naturaleza del daño, y buscar una proporcionalidad entre la magnitud de este daño y la suma a indemnizar”, establece el fallo.
Según la resolución, “dado que el demandante busca la reparación de su daño personal, es decir, es una víctima directa del ilícito cometido por agentes del Estado, es posible inferir que ha sufrido una lesión de gran intensidad, considerando cómo ocurrieron los hechos. En particular, el actor H.V.Y.V. fue detenido ilegalmente en 1983 durante 15 días, luego fue arrestado nuevamente el 27 de marzo de 1984 en un allanamiento a su hogar, donde fue sometido a apremios ilegítimos y torturas, y posteriormente llevado a la Fiscalía Militar, donde fue condenado y pasó seis años en prisión, lo que permite suponer la magnitud del sufrimiento que ha soportado. No obstante, la indemnización también debe ser congruente con decisiones tomadas previamente por esta misma Corte en casos similares, por lo cual el monto de indemnización otorgado en primera instancia debe ser reducido”.
“En estas condiciones, se considera razonable fijar la indemnización en la cantidad de cuarenta y cinco millones de pesos ($45.000.000)”, concluyó el tribunal de alzada.
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Impactante relato de un sobreviviente de torturas en la «Llama de la libertad»
En la sentencia de primera instancia, emitida por el 26º Juzgado Civil de Santiago, se presenta el escalofriante testimonio de un sobreviviente de torturas en la «Llama de la libertad».
Según el relato, a las 09:00 horas del 27 de marzo de 1984, H.V.Y.V. fue detenido por un grupo de individuos de civil que se identificaron como agentes de investigaciones, mientras la zona fue rodeada por un comando conjunto de Carabineros, CNI e investigaciones que asaltaron la vivienda desde diferentes puntos.
Luego, fue transportado en un automóvil, donde le vendaron los ojos y le pusieron grilletes, siendo trasladado a un cuartel de investigaciones, donde fue interrogado y despojado de todas sus pertenencias valiosas.
Tras varias horas, lo llevaron a un sótano ubicado bajo La Moneda, donde se encontraba el Ministerio de Defensa, conocido como «La llama de la libertad».
“Dentro del vehículo me interrogaron y comenzaron a golpearme como a un animal, con golpes de pies y puños, además de amenazar verbalmente a mi padre, diciendo que debían haberlo matado el 11 de septiembre. Permanecí allí aproximadamente 5 horas bajo continuas amenazas. Posteriormente, me trasladaron a un furgón donde había otros detenidos antes de llevarnos a una comisaría situada en Agustinas con Manuel Rodríguez. Allí me tiraron bajo un escritorio, y pude ver a través de la venda solo botas militares; estuve bajo el escritorio varias horas. Después me sacaron a golpes y patadas y me llevaron a una celda esposado y vendado. Me caí en la celda y golpeé mi cabeza, perdiendo el conocimiento. Cuando desperté, un carabinero entró y dijo: ‘este hueón está muerto’,” relató el sobreviviente.
El detenido estuvo en ese lugar durante 4 días, sin que nadie en su familia supiera su situación.
“Llegó un hombre que dijo ser médico y me preguntó si me habían aplicado electricidad. Me dijo: ‘cabro, eso te hará bien, no te preocupes’. Cada vez que se abría la celda entraba un carabinero bueno y uno malo; el malo me ponía una pistola en la cabeza y la gatillaba, pidiéndome que proporcionara nombres de compañeros, amigos y familiares. Como no respondía, me golpeaba en la cabeza con la pistola, así como con los pies y puños todos los días a cualquier hora,” narró V.H.Y.V.
“El carabinero ‘bueno’ entraba con restos de comida muy mala y me decía que cooperara, que sería mejor para mí. También se enojaba y me golpeaba con los pies y puños. Me obligaron a escuchar cómo torturaban a otros prisioneros. Esto duró varios días, siempre con los ojos vendados y esposado. Un día me quitaron toda la ropa para aplicar electricidad, me lanzaron agua y me mantuvieron así durante muchas horas. La venda me dejó una cicatriz en el rostro, que aún conservo,” apuntó en su testimonio.
Según la sentencia, la última golpiza que la víctima recibió fue llevada a cabo por varios carabineros.
“Fue como un callejón oscuro, con palos, patadas y golpes. Después de eso, alguien que supuestamente era médico me revisó y dijo que no me golpearán más, ya que nos iban a entregar a la Fiscalía Militar con el juez Mann y Michelsen. Terminamos en la segunda Fiscalía Militar y en la cárcel pública, donde estuve preso alrededor de seis años, hasta el regreso a la democracia, cuando el presidente (Patricio) Aylwin me indultó,” relató.
Con Información de www.elciudadano.com