Reimaginando el Concepto de Trabajo: Un Análisis a 40 Horas de Distancia

Un año ha transcurrido desde el inicio de la implementación de la reducción de la jornada laboral en Chile, y la evidencia disponible hasta el momento revela aspectos tanto positivos como negativos que merece la pena analizar en profundidad, más allá de un simple balance de cumplimiento normativo.

La mera reducción de horas no garantiza la mejora de la calidad de vida ni un incremento en la productividad. Este último año nos ha enseñado que el tiempo adicional, sin una transformación profunda en la gestión del trabajo, puede convertirse en un espejismo. Muchas empresas han cumplido formalmente con la disminución de horas, pero sin rediseñar procesos, invertir en capacitación o redefinir la cultura organizacional. En esos casos, el impacto real para los trabajadores ha sido limitado o, en algunos casos, incluso negativo, al aumentar la carga o presión en menos tiempo.

La reducción de la jornada laboral es, fundamentalmente, una invitación a repensar nuestra concepción del trabajo: su organización, prioridades y propósito. No basta con ajustar horarios; es necesario reconsiderar la eficiencia no como mayor intensidad, sino como una mejor distribución de tareas, un uso adecuado de la tecnología y, sobre todo, un liderazgo consciente en la gestión del tiempo.

Sin un cambio cultural, corremos el riesgo de que esta medida pierda su razón de ser. Una jornada laboral más corta debería no solo brindar más tiempo libre, sino también aumentar la motivación, reducir el agotamiento y mejorar los resultados. Sin embargo, esto no ocurre de forma automática, sino que requiere rediseñar los fundamentos sobre los cuales se organizan los equipos, los objetivos y las evaluaciones de desempeño.

De cara al futuro, la progresiva reducción a 42 y luego a 40 horas presenta una oportunidad para aquellas organizaciones dispuestas a evolucionar. No se trata de hacer «más de lo mismo en menos tiempo», sino de cambiar el paradigma. Las empresas que comprendan esto a tiempo estarán mejor posicionadas para atraer y retener talento, mejorar su productividad real y construir ambientes laborales más sostenibles.

El desafío que enfrentamos no es solo de cumplimiento, sino de transformación. Y esta transformación, como hemos visto, no depende de los relojes, sino de la voluntad genuina de modernizar nuestras formas de trabajo.

Por: Catherine Railhet, gerenta de RRHH de Natura Chile.

Con Información de hoysantiago.cl

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