Un claro ejemplo de vitalidad lo ofrece Elisa Josefina González, una mujer de 95 años que reside en Santiago Centro. Ella comparte que cada día se dirige a la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) para participar en el Centro de Ejercicio Adaptado (CEA).
En una entrevista con El Ágora, González comentó que desde 1985 asiste regularmente a esta institución, a la que considera como su “segunda casa”.
“Si uno no viene un día porque tiene sueño o frío, no funciona. La clave es la constancia. De mi grupo original solo quedamos dos, mi compañera que cumplirá 92 y yo que ya tengo 95,” expresó.
En este sentido, resaltó la trascendencia de la YMCA en su vida. “Si no estuviera aquí, tal vez estaría en una casa de reposo o enferma. Estar inactivo es lo peor,” enfatizó.
Sobre su rutina de ejercicios, mencionó que incluye actividades físicas y recreativas, como paseos y clases en el CEA, de acuerdo con el medio mencionado.
“Es un ejercicio adaptado, donde te indican qué hacer de acuerdo a tus necesidades. Es diferente a un gran gimnasio,” comentó, añadiendo que “mi hijo también viene desde pequeño y ahora, a sus 70 años, sigue asistiendo.”
Además, subrayó la importancia de mantenerse activo: “Cuando uno se jubila, no debe quedarse sentado. La inactividad provoca diabetes, hipertensión y otros problemas. Lo mejor es moverse, tener amigas y disfrutar la vida.”
“Siempre he estado activa, me gusta leer y tejer a palillo,” dijo, y también mencionó que disfruta de salir y celebrar con sus amigas. “Mi último cumpleaños lo festejaron en todos lados,” añadió.
“Nunca me he quedado sentada llorando. Siempre digo: mañana es otro día,” confesó, concluyendo con la afirmación de que “la YMCA es todo para mí.”
Con Información de www.lanacion.cl