Baquedano: ¿Héroe nacional o emblema de la violencia hacia el Pueblo Mapuche?
El Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) informó este jueves que no se ha aprobado la reubicación de la estatua del general Manuel Baquedano, que se encuentra en la plaza que lleva su nombre en Santiago. De acuerdo con un comunicado de Radio Cooperativa, la confusión se generó tras una sesión del 5 de febrero, donde se autorizó el movimiento del plinto del monumento por razones de restauración, dentro del marco del proyecto Nueva Alameda. No obstante, el CMN subrayó que no se ha presentado solicitud formal para el traslado de la estatua ecuestre, la cual está resguardada en el Museo Histórico y Militar desde 2022.
La figura de Baquedano, un ícono de la narrativa bélica chilena, ha desencadenado intensos debates. Su legado militar incluye la participación en las campañas que buscaron la ocupación del territorio mapuche en el siglo XIX. Estas acciones, que consolidaron la expansión del Estado chileno, son vistas como actos de violencia y despojo hacia el pueblo mapuche por muchos sectores de la sociedad.
La estatua de Baquedano fue inaugurada en 1928 por el entonces presidente Carlos Ibáñez del Campo, en un contexto de fortalecimiento del nacionalismo chileno, como señala un artículo de Revista de Frente de 2021. A su lado, se colocaron los restos de un «soldado desconocido», simbolizando a los chilenos de sectores populares que formaron parte de la Guerra del Pacífico.
El debate sobre la estatua no es reciente. En 2021, tras las protestas sociales del «estallido social» en 2019, el monumento fue objeto de vandalismo, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra la herencia colonial y militarista del país. Para muchos, su presencia en un lugar tan emblemático como Plaza Baquedano (temporalmente renombrada como Plaza Dignidad durante las manifestaciones) es un agravio a la memoria de los pueblos originarios.
Los alcaldes de Providencia, Jaime Bellolio, y de Santiago, Mario Desbordes, han defendido la permanencia de la estatua, argumentando que su remoción sería «ceder ante la delincuencia extremista», según declaraciones recogidas por Radio Cooperativa. Sin embargo, voces críticas insisten en que la discusión debe trascender lo simbólico, abordando las raíces históricas de la violencia estatal hacia los mapuche y otros grupos oprimidos.
“La estatua permanecerá en la ciudad de Santiago. No renunciamos a eso y consideramos que debe estar en un lugar que no genere conflicto y división, sino que reconozca su contribución a la historia y que sea visible y relevante. Nadie va a esconder al general Baquedano en un rincón”, comentó la ministra Carolina Tohá, según La Tercera.
En este contexto, el artículo de Aucán Huilcamán, werken del Consejo de Todas las Tierras, ofrece una perspectiva fundamental. Huilcamán afirma que Baquedano es más que una figura histórica; representa la «ocupación militar y el despojo sistemático» sufridos por el pueblo mapuche. Según él, la estatua simboliza una narrativa nacional que glorifica la conquista y oculta las atrocidades cometidas en nombre del progreso y la civilización.
“En los últimos días, se ha reabierto el debate sobre el futuro del monumento del General Manuel Baquedano, impulsado principalmente por la derecha política chilena, con cierta aprobación de la centroizquierda”, señala Huilcamán en una publicación reciente en redes sociales. “Los Mapuche hemos solicitado a la *Comisión por la Paz y Entendimiento* que incluya el *Crimen de Genocidio y el tema del territorio en base al Parlamento de Tapihue*, para abordar el conflicto entre el Estado chileno y el Pueblo Mapuche y establecer así una Paz Firme y Duradera. De lo contrario, el destino del informe será ser archivado en Museos y Bibliotecas como el informe *Verdad y Nuevo Trato*”, declaró el dirigente.
Huilcamán añade: “La reinstalación del Monumento al General Manuel Baquedano sería equivalente a erigir un monumento a *Miguel Krassnoff* o *Mamo Contreras*, lo que representaría un agravio público a las víctimas de violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura y, en este caso, sería una ofensa al Pueblo Mapuche por el crimen de Genocidio que permanece en completa impunidad”.
General Manuel Baquedano: La Pacificación de La Araucanía, genocidio y su impunidad
Aucán Huilcamán, werken del Consejo de Todas las Tierras, ha exigido que se reconozca el genocidio cometido contra el Pueblo Mapuche durante la conocida «Pacificación de la Araucanía» en el siglo XIX. En un artículo publicado en Radio Diario Universidad de Chile (2021), Huilcamán destacó que el estallido social de 2019 y las protestas en Plaza Baquedano permitieron visibilizar la figura histórica del general, cuyos actos militares dejaron una herencia de violencia y despojo hacia el Pueblo Mapuche.
Huilcamán indicó que Baquedano, junto al general Cornelio Saavedra, fue responsable de crímenes de lesa humanidad, incluyendo masacres sistemáticas en lugares como Huequén, Angol, Collipulli y Lumaco, entre otros. Estos hechos, registrados en informes militares de la época, calificarían como genocidio según la Convención para la Prevención y Sanción del Crimen de Genocidio de la ONU, que define este delito como el intento de exterminar total o parcialmente a un grupo étnico, racial o religioso.
Aparte del genocidio, Huilcamán subraya la confiscación y ocupación ilegítima del territorio mapuche, un acto que infringe el artículo 28 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el cual establece la necesidad de restitución, reparación o indemnización justa por tierras tomadas sin el consentimiento correspondiente. El werken también destacó el daño cultural, tanto tangible como intangible, que ha sufrido el Pueblo Mapuche, cuyas tradiciones y memoria colectiva han sido erosionadas sistemáticamente.
Huilcamán denunció que Baquedano y Saavedra se auto-adjudicaron miles de hectáreas de tierras mapuche tras sus campañas militares, eliminando pruebas de los Parlamentos o Tratados realizados entre el Pueblo Mapuche y el Estado chileno. Sin embargo, afirmó que estos acuerdos históricos han sido reconocidos por el derecho internacional, lo que permite al Pueblo Mapuche llevar su reclamación a instancias jurisdiccionales globales para exigir su cumplimiento.
En un llamado directo al Pueblo Chileno, Huilcamán preguntó: “¿Están dispuestos a asumir un compromiso político para abordar el genocidio, el territorio y el daño cultural?”. Asimismo, critica la construcción de la identidad chilena, que según él, se basa en un “blanqueamiento” histórico que excluye a los pueblos originarios y afrodescendientes.
Huilcamán insta a replantear la historia nacional, reconociendo los derechos y la autonomía de los pueblos originarios. Para él, el debate sobre la estatua de Baquedano representa una oportunidad para confrontar el legado colonial y construir una sociedad más inclusiva.
Con Información de www.elciudadano.com