Progresos Médicos Vitales y su Relevancia en la Salud Pública

El cáncer de próstata representa un importante reto de salud pública en Chile y el mundo, pero se vislumbran avances alentadores.

El cáncer de próstata sigue siendo un importante desafío de salud pública en Chile y a nivel mundial, aunque el panorama es más alentador.

Para 2025, se proyecta un impacto positivo en el tratamiento del cáncer de próstata, gracias a los recientes avances en diagnóstico y terapia que están cambiando la manera en que lidiaremos con esta enfermedad.

El Dr. Camilo García de la Barra, director de la carrera de Medicina de la Universidad Andrés Bello en Viña del Mar, expresó estos avances durante el Día Mundial del Cáncer de Próstata, que se conmemora el 11 de junio.

Diagnóstico más preciso y menos invasivo

Una de las mejoras más notables es la optimización en el diagnóstico temprano. Aunque el examen de antígeno prostático específico (PSA) sigue siendo crucial, su interpretación ha mejorado significativamente gracias a nuevas tecnologías.

“Ahora contamos con biomarcadores como el PHI, 4Kscore y PCA3, que nos permiten identificar con mayor fiabilidad qué pacientes realmente necesitan una biopsia”, señala el Dr. García de la Barra. “Esto reduce procedimientos innecesarios y la ansiedad que generan”, añade.

La resonancia magnética multiparamétrica (RMmp) también se ha convertido en una herramienta valiosa antes de la primera biopsia. “Esta técnica identifica tumores clínicamente significativos de manera más eficiente y a veces evita la biopsia si el riesgo es bajo”, explica el académico de la UNAB.

“La inteligencia artificial está comenzando a jugar un rol crucial, ayudando a interpretar imágenes y muestras de biopsias con una precisión mayor”, complementa el especialista.

Medicina personalizada: tratamiento adaptado

Hoy, el cáncer de próstata no se considera una sola entidad. Gracias a la medicina personalizada, se pueden identificar subtipos con comportamientos variados, permitiendo ajustar el tratamiento para cada paciente.

“Ya no solo analizamos el PSA o el grado de Gleason, sino también los perfiles genómicos del tumor. Esto mejora la clasificación del riesgo y ayuda a decidir si el paciente debería seguir un enfoque de vigilancia activa o un tratamiento más agresivo”, resalta el Dr. García de la Barra.

En casos avanzados, se aplican tratamientos dirigidos basados en mutaciones genéticas específicas, como las de los genes BRCA1/2, que suelen ofrecer mejores resultados y calidad de vida.

Además, el enfoque médico ha evolucionado a uno multidisciplinario, integrado por urólogos, oncólogos, radiólogos, patólogos, enfermeros, psicólogos y kinesiólogos.

“Este enfoque integral permite tomar decisiones más informadas y personalizadas, considerando al paciente como un todo y no solo el tumor”, enfatiza el Dr. García de la Barra. “Las investigaciones muestran que este modelo mejora los resultados clínicos y la satisfacción del paciente”.

Desafíos

A pesar de estas mejoras, persisten desafíos, especialmente en América Latina, advierte el Dr. García.

En esta región, el acceso a diagnósticos y tratamientos es desigual. “La disponibilidad de biomarcadores avanzados, resonancia magnética prostática y especialistas no es homogénea. En muchas zonas, simplemente acceder a un urólogo puede ser un obstáculo”, refiere el médico.

Además, el Dr. García destaca que terapias como la cirugía robótica, radioterapia de alta precisión (SBRT, IMRT) y nuevos agentes hormonales son costosas y no siempre están cubiertas por los sistemas de salud, o sufren largas listas de espera.

El Dr. García también menciona que en varios países latinoamericanos, el miedo o la reticencia hacia el tacto rectal y la falta de concienciación sobre la importancia de chequeos preventivos son barreras significativas. Muchos hombres solo buscan atención médica cuando presentan síntomas, lo que a menudo indica que ya están en una etapa más avanzada de la enfermedad.

El académico de la UNAB enfatiza la necesidad de más inversión y políticas públicas que fomenten programas organizados de detección temprana, asegurando un acceso equitativo a diagnósticos y tratamientos de calidad para todos los ciudadanos.

Para finalizar, el Dr. García proporciona un mensaje optimista a pesar de los retos: “El futuro se presenta esperanzador. La investigación es continua y nuestro entendimiento de esta enfermedad mejora constantemente. La clave reside en la educación, la detección precoz y la consulta oportuna. Un diagnóstico temprano, junto a los avances en tratamiento, no solo tiene el potencial de salvar vidas, sino también de garantizar una buena calidad de vida.”

Con Información de chilelindo.org

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