Hernán García Moresco, Magíster en Ingeniería Informática (USACH) y Diplomado en Big Data por la Universidad Católica. También cuenta con un Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad de Chile y es Licenciado en Educación en Matemática y Computación (USACH).
José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos (Instituto IDEA-USACH), Magíster en Ciencia Política (Universidad de Chile), Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Participa en el Centro para el Desarrollo Comunal Padre Hurtado.
El sistema político nacional se encuentra nuevamente liderado por dos mujeres destacadas. Desde las presidencias de Michelle Bachelet hasta la actualidad, el empoderamiento femenino en la política ha mostrado un avance notable, lo cual puede interpretarse como un indicio de una evolución cultural dentro del ámbito político, reflejándose en una mayor cobertura mediática y trascendiendo el espacio presidencial.
En este contexto, la próxima elección primaria oficialista, amparada por la legalidad del SERVEL, nos permite observar a las candidaturas del bloque denominado Socialismo Democrático y del Partido Comunista-Acción Humanista, lideradas por Carolina Tohá Morales y Jeannette Jara Román, como la principal contienda a seguir.
La cultura política está, progresivamente, reconociendo los liderazgos femeninos. No existe cuestionamiento sobre la importancia de las mujeres en la política, aunque persisten ciertas brechas que deben abordar en otras áreas de su desarrollo integral. Tohá y Jara, como candidatas, deben comprender la necesidad de apoyarse mutuamente, tanto en esta etapa de la campaña primaria como en la fase de la elección de primera vuelta, donde una de ellas deberá respaldar a la ganadora. Igualmente, el enfoque de las candidaturas de los Diputados Winter y Mulet debe ser dirigido en esta dirección.
Desde esta perspectiva, relación ‘conflictual-política’ que se ha mostrado hasta ahora, debería verse como una oportunidad para consolidarse como aliadas y aprovechando su reconocimiento social, que sus adversarios de la derecha no tienen. En este sentido, el uso cuidadoso de las palabras en sus definiciones hacia la ciudadanía es clave, manteniendo como objetivo un país y un estado que sirvan a sus ciudadanos.
Ambas son personalidades diferentes, con historias y trasfondos distintos que se manifiestan en carismas que podrían atraer diversos intereses y perspectivas. Se asume que los equipos de campaña de ambas candidaturas tienen esto claro y están diseñando ‘discursos y propuestas disonantes’ de manera estratégica, considerando también sus despliegues en cada territorio, que serán esenciales para las elecciones. A pesar de roces previos, se anticipa que ambas candidaturas se complementarán en la fase siguiente.
Si esto se cumple, el esfuerzo por difundir sus ideas y carismas en diferentes ‘territorios físicos y virtuales’ será fundamental, a pesar de las encuestas que pueden no reflejar la realidad. La intervención en espacios físicos para ambos liderazgos debe traducirse en acuerdos significativos, ya que este es el núcleo que los distingue en sus propuestas respecto a la derecha. La unidad en su concepto más amplio es su capital simbólico. La formación de listas distritales que respalden a la candidata designada, alineadas con un programa e ideas comunes, representa el horizonte estratégico.
Por otro lado, las encuestas que construyen opinión revelan cambios en las tendencias, características de un electorado que busca encontrar un lugar en medio de las posturas mediáticas, recordando que la votación en las primarias es voluntaria. La última versión “confidencial” de la encuesta CADEM introduce algunos “datos caprichosos” en la conversación electoral, resaltando la candidatura de Jeannette Jara por encima de Carolina Tohá, gustosamente, como si hubiera habido un cambio drástico en la percepción del electorado en los días previos.
Es relevante mencionar que, a pesar de los debates entre las candidaturas en medios de comunicación, durante eventos públicos y programas de televisión abiertos, ambos han recibido tanto halagos como críticas, y se ha estado lidiando con la agenda mediática compuesta por eventos climáticos adversos en el centro-sur del país, la eliminación de Chile en la copa mundial de fútbol, la cuenta pública del presidente (6-jun) y un informe de contraloría sobre el uso inadmisible de licencias médicas. En ninguno de estos asuntos se han evidenciado cambios significativos en las preferencias ciudadanas.
Puede no ser del agrado de todos, pero el resultado de las primarias se definirá entre el Socialismo Democrático y el Partido Comunista, ya que en ellos se encuentra gran parte del 30% de apoyo constante hacia el gobierno y hacia el presidente Boric. Esta cifra se reducirá y permitirá anticipar la participación de cerca de 2 millones de electores en estas elecciones voluntarias. De seguir esta convocatoria, la derecha quedará considerablemente atrás en términos de visibilidad electoral, mientras que la primaria de lideresas progresistas continúa su curso.
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