
Compartimos a continuación la declaración de AJUNJI:
- Queremos hacer público los motivos que nos han llevado a convocar a una paralización de 5 días, desde el 31 de marzo hasta el 4 de abril, un acto que sabemos que afectará a muchas familias, pero que no se realiza únicamente por el bienestar de nuestros socios y socias.
- Sino que, por el contrario, son las trabajadoras de JUNJI quienes han soportado, con su sacrificio, la mala gestión de la dirección a nivel nacional y regional, que ha llevado a condiciones insostenibles y que van en contra de nuestro compromiso con los niños y niñas a quienes atendemos y su derecho a una educación inicial de calidad.
- AJUNJI siempre se ha caracterizado por su disposición al diálogo. Siendo la segunda organización sindical más grande del sector público, preferimos buscar acuerdos con la institución antes que utilizar nuestra fuerza de movilización.
- Suponemos que compartimos con las autoridades nacionales y regionales de JUNJI una preocupación común por el bienestar de los niños y sus familias, así como un profundo respeto hacia la calidad humana y profesional de quienes laboran en la institución, reconocidos por su excelencia.
- Lamentablemente, debemos comunicar que bajo esta administración de JUNJI no se ha dado así: los acuerdos alcanzados han sido incumplidos y, en algunas ocasiones, ni siquiera se ha prestado atención a nuestras inquietudes.
- Con pesar, hemos concluido que se ha agotado el camino del diálogo, por lo que adoptaremos legítimamente la paralización, llamando a todo el país a respaldarnos en los motivos que hoy denunciamos:
- Deficiencia en la gestión institucional: La incapacidad de las autoridades nacionales y regionales ha llevado, incluso, en algunas áreas, a incumplir normas legales relacionadas con dotación, infraestructura y materiales de trabajo, afectando directamente la educación de los niños y niñas.
Además, esto ha conllevado al incumplimiento de protocolos, como la Ley Karin, que ya ha tenido consecuencias graves, incluyendo el suicidio de una compañera de trabajo.
- Falta de financiamiento: La educación inicial no puede depender del sacrificio personal de las trabajadoras, muchas de las cuales son jefas de hogar. La falta de financiamiento adecuado pone en riesgo la atención a los niños y niñas y nos impide llevar a cabo nuestra labor de manera efectiva.
- Abandono de establecimientos: La inacción frente al deterioro, vandalismo y ocupaciones ilegales de los jardines infantiles representa un despilfaro de recursos públicos y un perjuicio para las familias que dependen de JUNJI.
- Precarización laboral: Aquellos que asumimos la enorme responsabilidad de proporcionar educación inicial de calidad, fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades y permitir que madres y padres trabajen con tranquilidad, somos los funcionarios peor remunerados del Estado.
Esto se suma a la oferta de salarios indignos para profesionales que deben cumplir, bajo condiciones de media jornada, extensiones horarias necesarias para resolver los problemas de miles de familias en Chile.
- Condiciones laborales insostenibles: Las exigencias extremas y la falta de recursos han provocado un deterioro en la salud mental y el clima laboral de nuestros equipos.
- Estas circunstancias son injustas y algunas de ellas incluso ilegales:
- Vulneran el derecho de niños y niñas a recibir atención inicial de calidad en condiciones dignas y seguras.
- Generan preocupación entre las familias que hoy nos respaldan, al observar el deterioro ocurrido en este tiempo.
- Representan un grave desconocimiento de las competencias, el compromiso y el esfuerzo que implica sustituir a tantas madres jefas en un aula, desempeñando simultáneamente el rol de docente mientras se atienden diversas necesidades especiales y se abordan problemas e inseguridades de los niños y niñas.
- Apreciamos lo que hacemos, pero también somos sobre todo jefas de hogar: necesitamos un salario que brinde seguridad a nuestras familias y condiciones laborales que no pongan en riesgo nuestra salud.
- Amamos lo que hacemos y, por ello, no podemos continuar en un trabajo donde nuestros niños y niñas no están recibiendo -por culpa de otros- la educación, el cuidado, el bienestar y las oportunidades que merecen.
- Por esta razón nos encontramos en paro y hacemos un llamado a apoyar nuestras demandas; no se trata solo de defender nuestros derechos laborales, sino, fundamentalmente, de proteger a quienes se benefician de nuestro trabajo, un compromiso que tiene el Estado de Chile.
- Es fundamental destacar que las prácticas antisindicales, como el acoso y las represalias hacia quienes ejercen su derecho a organizarse, han sido comunes en esta administración. Exigimos que se respeten los derechos laborales y la libertad de manifestarse y defender las condiciones de trabajo sin temor a represalias.
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