
Andrés Kogan Valderrama, Sociólogo, Diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable, Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea
Con gran preocupación observamos el reciente Concejo Municipal de Las Condes, donde el concejal de derecha Leonardo Prat propuso revivir una iniciativa de 2006 para nombrar una calle, plaza o avenida en honor al dictador Augusto Pinochet (1).
Si bien en el marco de la ofensiva de la ultraderecha en Chile y en el mundo no resulta sorprendente que surjan propuestas negacionistas que transgreden principios democráticos, lo que más inquieta es el silencio de la alcaldesa de Las Condes, Catalina San Martín, quien no se pronunció durante la sesión.
Este silencio es especialmente preocupante dado que Catalina San Martín se ha autodenominado una persona liberal, moderada y de centro derecha, cualidades que deberían implicar una clara oposición a cualquier dictadura y a quienes justifican los horrores perpetrados en Chile durante 17 años.
No solo no se pronunció en el último Concejo, sino que hasta ahora no ha tomado posición en sus redes sociales, lo cual resulta alarmante para una alcaldesa que busca distanciarse de la derecha más extremista, que muestra desinterés por la defensa de los derechos humanos.
Es esencial que, en su calidad de alcaldesa, exprese su postura sobre esta propuesta para cambiar el nombre de una calle, plaza o avenida. Su falta de manifestación puede ser interpretada como un aval al negacionismo que perjudica a nuestra sociedad y a los vecinos de Las Condes.
Es importante recordar que muchos que votaron por Catalina San Martín lo hicieron precisamente porque representaba una alternativa a Marcela Cubillos Sigall, una pinochetista histórica que nunca ha demostrado arrepentimiento por su apoyo al terrorismo de Estado ni por su admiración hacia Pinochet.
A menos que Catalina San Martín afirme que su única diferencia con Marcela Cubillos radica en su estilo no agresivo, amabilidad y compromiso con la probidad y transparencia en la comuna, lo cual sería lamentable y la presentaría como alguien sin compromiso con la paz y los derechos humanos en el país.
Por ello, espero que Catalina San Martín se pronuncie sobre esta iniciativa cruel y negacionista propiciada por un concejal de derecha carente de criterio y empatía, en pro de la convivencia democrática en Las Condes y en Chile, oponiéndose al homenaje a un criminal y ladrón como lo fue Pinochet.
Nadie le reclama a Catalina San Martín que adopte posturas de izquierda o que gire hacia un discurso progresista, sino que al menos marque una diferencia fundamental con la derecha pinochetista, como lo hicieron en su momento Sebastián Piñera y Joaquín Lavin.
Finalmente, quiero mencionar que, al ser elegida alcaldesa en Las Condes, más allá de que no voté por ella, me alegro de que haya derrotado a Marcela Cubillos, ya que creía que podía representar una derecha democrática en mi comuna. Espero no decepcionarme en un asunto tan vital como la defensa de los derechos humanos.
1: https://www.youtube.com/watch?v=Q1jTklpng9U&t=9768s
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