Nueva sentencia por torturas en contra del Estado.

El Sexto Juzgado Civil de Santiago ha ordenado al Estado el pago de una indemnización de $80.000.000 por daño moral a Leoncio Flandez Pineda, un dirigente sindical que sufrió terribles torturas en el Estadio Nacional durante la dictadura de Augusto Pinochet.

En su sentencia (causa rol 17.006-2023), la jueza Rommy Müller Ugarte desestimó las excepciones de reparación integral y prescripción planteadas por el fisco, al concluir que Flandez Pineda fue víctima de un crimen de lesa humanidad, el cual es imprescriptible tanto en el ámbito penal como civil.

Un Infierno en el Estadio Nacional

El tribunal determinó que en el momento de los hechos, Flandez era el líder sindical de una empresa de electrodomésticos en Vicuña Mackenna, Puente Alto, cuando el 12 de septiembre, un día después del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende que inauguró la dictadura de Pinochet, el lugar fue asaltado por las Fuerzas Armadas.

Flandez fue apresado junto a otros trabajadores, quienes fueron víctimas de humillaciones y violencia extrema, incluso presenciando ejecuciones.

Posteriormente, este sindicalista fue llevado al Estadio Chile, en el centro de Santiago, donde estuvo incomunicado, fue interrogado, golpeado y sometido a torturas de diversas formas durante cuatro días.

Más tarde, fue trasladado al Estadio Nacional, donde experimentó prolongados períodos de tortura y permaneció hasta su liberación el 21 de diciembre, bajo la amenaza de vigilancia constante.

Según la sentencia, en el Estadio Nacional, vivió con el temor constante de que los prisioneros desaparecieran, ya que las torturas y las desapariciones de sus compañeros eran comunes, manteniendo a todos en un estado de terror persistente.

Leoncio Flandez relató que, a pesar de haber recuperado su libertad, su situación se agravó, ya que su esposa sufrió complicaciones de salud a causa de los golpes que recibió.

En noviembre de 1973 nació su quinto hijo. Sin hogar y sin recursos, tuvo que volver a trabajar, pero en marzo de 1974 fue arrestado nuevamente junto con otros 17 compañeros sin orden de detención.

Inmediatamente después, fueron llevados a Cerro Chena, donde continuaron sufriendo torturas. Durante este tiempo, Flandez desarrolló secuelas físicas permanentes, incluyendo una hernia, a causa de los golpes propinados por los agentes de la dictadura.

Tras aproximadamente 45 días de detención en Cerro Chena, fue liberado y, junto con sus compañeros, fue trasladado a una parcela en Lo Ovalle, al oeste de San Bernardo. Allí permanecieron bajo amenazas de ejecución si se movían o quitaban las vendas de los ojos. Al día siguiente, lograron escapar y regresar a sus casas en condiciones físicas deplorables.

Con el miedo a ser arrestado nuevamente, comenzó a planear su fuga hacia Argentina, logro que alcanzó en 1974 y, dos años después, en 1976, pudo llevar a su familia a ese país.

En Argentina, vivieron bajo la constante amenaza y angustia debido a la persecución que sufrían. La esposa de Flandez falleció en 1978.

Flandez afirmó que las múltiples detenciones y torturas que sufrió durante la dictadura militar le dejaron secuelas físicas y psicológicas que perduran en su vida.

Tras revisar los antecedentes, el tribunal concluyó que, a pesar del tiempo transcurrido, los crímenes no prescriben, dado que se enmarcan en violaciones a los derechos humanos durante el régimen de Pinochet.

«Considerando lo reflexionado previamente y ante la imposibilidad de cuantificar la intensidad del dolor o la merma en su proyecto de vida que ha sufrido el demandante a causa de la prisión política y las torturas sistemáticas infligidas por agentes del Estado, se regulará prudencialmente el monto de la indemnización a pagar por el Estado al demandante, estableciendo que será de $80.000.000”, concluyó.

Con Información de www.elciudadano.com

Publicidad

Comparte:

Popular

Relacionado
Relacionado