Los ministros de Educación y Seguridad Pública llevaron a cabo un intercambio de información sobre los desafíos de seguridad dentro de los establecimientos educativos, buscando coordinar acciones intersectoriales.
Con el fin de abordar la violencia y la delincuencia en el ámbito educativo, el Ministro de Educación, Nicolás Cataldo, inició el lunes una serie de reuniones con autoridades para coordinar esfuerzos institucionales hacia la creación de entornos escolares seguros.
La primera reunión se realizó con el Ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, junto a representantes de Carabineros y la Policía de Investigaciones, donde se evaluó el despliegue de seguridad alrededor de los centros educativos. También participaron las subsecretarias de Educación Parvularia y Educación, Claudia Lagos y Alejandra Arratia, así como la subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao.
Tras la reunión, el ministro Cataldo enfatizó la necesidad de construir un esfuerzo conjunto entre diferentes sectores, incluyendo entidades como Minsal, Mideso y Subdere, entre otros.
“Hoy comenzamos nuestras conversaciones con el Ministerio de Seguridad y la Defensoría de la Niñez. Continuaremos en los próximos días dialogando con iglesias y otros actores clave, ya que es esencial facilitar un enfoque colaborativo que permita la ocupación del espacio público y abordar la violencia, garantizando así la seguridad en nuestros escolares”, señaló.
En lo que respecta a iniciativas educativas, el ministro Cataldo mencionó que “estamos implementando el Programa de Bienestar Socioemocional, que se vincula con talleres de deportes, cultura y ciencias para un aprendizaje integral”. En su fase inicial, esta iniciativa alcanzará a 40 mil estudiantes y contará con una inversión de 5 mil millones de pesos.
Este programa se integrará en el proyecto de ley de convivencia educativa, aprobado recientemente en el Senado. “Esperamos que la discusión se realice prontamente y que en las indicaciones se incluya este programa, para su aplicación a nivel nacional”, agregó.
Asimismo, el ministro Cataldo destacó que el Mineduc está ejecutando el Sistema de Protección de Trayectorias Educativas, que “facilitará decisiones de políticas públicas relacionadas con seguridad”; también mencionó el programa A convivir se aprende, que se ha implementado en cerca de 190 comunas desde 2022; el programa Comunidades Educativas Protegidas, coordinado el año pasado con el Ministerio del Interior; y la actualización de la Política Nacional de Convivencia Educativa.
“Estamos intensificando todos nuestros esfuerzos previos, basados en programas que ya han demostrado buenos resultados en áreas específicas, y aspiramos a ampliar su alcance mediante un esfuerzo intersectorial hacia mejores resultados”, concluyó el ministro.
Por su parte, el Ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, mencionó que recientemente “hemos analizado las trayectorias de estudiantes que han sido víctimas o victimarios de delitos, todos menores de edad. Hemos identificado factores de riesgo significativos cuya información se compartirá con el Mineduc para acciones preventivas”.
Este lunes, el ministro Cataldo se reunió también con el defensor de la Niñez, Anuar Quesille, y tiene programado otro encuentro este miércoles con el arzobispo de Santiago, cardenal Fernando Chomali, y próximamente con Gustavo Alessandri, presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades (Achm).
Debate sobre la instalación de pórticos
El ministro Cataldo y la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, asistieron a la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados, donde se discutió un proyecto de ley para permitir el uso de tecnología en la prevención de armas en los establecimientos educativos.
Durante la presentación, el ministro Cataldo indicó que el Mineduc está abierto al debate sobre nuevos métodos para garantizar la seguridad y convivencia en los colegios, subrayando la importancia de conocer las opiniones de las comunidades educativas en esta cuestión.
“Creemos que es fundamental incorporar las voces de profesores y asistentes de la educación, quienes enfrentan directamente situaciones de violencia en los recintos educativos y que serán los responsables de aplicar estas medidas. Consideramos que soluciones rápidas y llamativas pueden generar una falsa sensación de seguridad sin realmente contribuir a la reducción de la violencia escolar. Un enfoque meramente tecnológico resulta insuficiente ante un problema tan complejo y multidimensional”, concluyó.
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