Mario Acuña, quien sufrió violencia policial durante el estallido social, fue ingresado de emergencia al Hospital de Buin por una neumonía, según informó PiensaPrensa. Actualmente se encuentra postrado debido a un daño neurológico severo e irreversible, lo que su caso ilustra las graves consecuencias de la represión estatal.
Las agresiones recibidas por Acuña a manos de Carabineros provocaron lesiones neurológicas irreversibles, dejándolo en una situación de postración permanente. Su historia se ha convertido en un emblema de las víctimas del estallido social, evidenciando el impacto de la violencia policial y el desamparo estatal.
La brutal agresión a Mario Acuña
Es importante recordar que el 23 de octubre de 2019, en Buin, un grupo de personas, incluyendo niños y niñas, se manifestaba pacíficamente cuando llegó al lugar una patrulla de Carabineros. Cuatro oficiales descendieron del vehículo, y uno de ellos disparó con una escopeta antidisturbios, hiriendo a dos personas.
Mientras tanto, otros tres Carabineros persiguieron a Mario Acuña hasta una plazoleta, donde lo obligaron a tirarse al suelo para propinarle una feroz golpiza, golpeándolo en todo el cuerpo, incluida la cabeza.
Como resultado de esta agresión, Mario sufrió un traumatismo encefálico y de los nervios craneales, así como lesiones en la médula espinal y un traumatismo encéfalo-craneano (TEC) grave. Estas heridas le dejaron secuelas permanentes, privándolo de la capacidad de moverse por sí mismo, comunicarse verbalmente de manera efectiva y llevar la vida que tenía antes del ataque.
Después del proceso judicial, los expolicías Henry Gionanny Cuellar Vega y Víctor Antonio Lastra Marguirott fueron condenados a 12 años de prisión por su implicación en la golpiza. Su caso sigue siendo uno de los más representativos del estallido social, reflejando la brutalidad de la represión y la falta de justicia para muchas de las víctimas.
Con Información de www.elciudadano.com