En el corazón de la región de O’Higgins, la comunidad de Lihueimo celebra un siglo de presencia eucarística, marcado por misiones que simbolizan fe, servicio y esperanza.
Las misiones en Lihueimo trascienden la tradición, representando un vivo testimonio de amor y fe hacia los demás. Este año, las actividades dieron inicio el 20 de enero, coincidiendo con el centenario de la diócesis de Rancagua y la formalización de la presencia eucarística en la región, que tuvo lugar el 25 de mayo de 1924.
“Las misiones tienen casi un siglo de historia, comenzando con la familia Errázuriz, que trajo a los primeros misioneros para apoyar a los trabajadores locales,” indica Lorena León, catequista de la comunidad.
Hoy en día, esa herencia continúa gracias a los padres Carlos Yrarrázabal y Claudio Fuenzalida, quienes visitan hogares por las mañanas, ofreciendo confesiones, comuniones y consuelo a los enfermos. Durante las tardes, los miembros de la comunidad se reúnen para rezar el rosario, celebrar la misa y adorar al Santísimo.
La programación semanal ha estado llena de emociones. Entre los eventos destacados se encuentran la visita del Cardenal Chomalí a Peralillo, un día dedicado a los adultos mayores, y otro centrado en el perdón. Este último tuvo como objetivo preparar los corazones a través del sacramento de la reconciliación, de cara a la peregrinación programada para el sábado 25 de enero al templo jubilar de Alcones, en busca de la indulgencia plenaria.
El cierre de estas misiones se llevará a cabo este domingo con una jornada llena de emoción. A las 8:30 horas, el club de huasos llevará la Cruz al cerro para bendecir los campos, una tradición arraigada en la región; seguido de una misa al estilo chileno en el templo Nuestra Señora del Carmen de Lihueimo. Posteriormente, habrá un acto patriótico-religioso que incluirá un concurso de cuecas y riendas. En la tarde, se realizará una procesión del Santísimo que recorrerá las calles del pueblo, culminando con el “sermón de la perseverancia” y la última adoración al Santísimo.
“Es un tiempo de gracia y renovación para nuestra comunidad,” concluye Lorena, extendiendo una invitación a todos para que se unan y agradezcan por este centenario de fe en Lihueimo.
Con Información de chilelindo.org