Las acciones de Marcel en el sector salud son altamente criticadas

Por Andrés Figueroa Cornejo

Invitado por la Asociación de Trabajadoras y Trabajadores Profesionales del Instituto de Salud Pública (APRUS), el médico Ricardo Fábrega, Decano de la Universidad Santo Tomás y Presidente de la Corporación Alma Ata, entre otros roles, ofreció una presentación sobre salud pública en el Salón de Honor del ISP.

Fábrega destacó su tiempo como director del ISP, mencionando que «nunca me fui del todo de la entidad, ya que formo parte del directorio de la Revista Científica».

En cuanto a la atención primaria, el experto indicó que «fue a partir del año 2000 que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reanudó su enfoque hacia este tema, seguido por un reconocimiento de las Naciones Unidas en 2018 y la validación del Banco Mundial en 2021. Se debe enfrentar el desafío de la Cobertura Universal de Salud». A este respecto, mencionó un artículo titulado ‘El presupuesto de 2025, un retroceso para el sector que debe ser corregido’, en el cual critiqué al Gobierno y al Parlamento por la precariedad de la ley presupuestaria en este ámbito, lo cual no es aceptable para Chile».

El especialista afirmó que «el presupuesto de salud para 2025 representa un freno significativo respecto a los compromisos asumidos a nivel nacional e internacional. Se detectan insuficiencias en el gasto público, una reducción en los aportes fiscales para FONASA y un crecimiento limitada en la atención primaria. Además, la migración masiva de afiliados desde Isapre incrementa el gasto de bolsillo. Este presupuesto no permite avanzar hacia objetivos clave, como alcanzar el 6 % del PIB en gasto público en salud, ni fortalece la atención primaria, ambos imprescindibles para garantizar la salud universal».

«Respecto al ISP —continuó el médico—, sus funciones son cruciales, ya que regulan las inspectorías, fiscalizan, otorgan certificados, vigilan y realizan investigaciones. Estas son actividades normales en los sistemas de salud pública. En lo concerniente a la generación de recursos propios, no se refiere a dinero, sino a la formación de profesionales y técnicos, desarrollo de medicamentos y dispositivos, e infraestructura. Es fundamental que la gente entienda que las medidas actuales que benefician a la población se apoyan en estudios y planificación realizados hace mucho tiempo. Los sistemas de salud no son automáticos».

Fábrega explicó que las fuentes de financiamiento del sistema provienen de «la cotización del 7 % mensual que se destina a un fondo público o privado y del aporte fiscal. Este presupuesto es insuficiente para el ISP, ya que casi se destina en su totalidad a la Central de Abastecimiento (CENABAST). La teoría económica sostiene que un mayor aporte fiscal hace que el sistema sea más equitativo. ¿Por qué menciono esto? Porque, al final, quien define y ejecuta el presupuesto en el sector público es la comisión de financiamiento del Parlamento».

-¿Cuáles son los compromisos internacionales de Chile?

«Chile se comprometió a ofrecer redes intersectoriales, alimentos saludables y a luchar contra el tabaco. También establecimos la necesidad de contar con un fondo solidario, pero el de aquí es dual (público y privado), y no lo estamos cumpliendo. Tampoco hemos alcanzado el 6 % del PIB para la salud pública, que es lo mínimo. A este ritmo económico, no parece que vayamos a alcanzar ese porcentaje pronto. Además, el gasto de bolsillo del usuario no debe superar el 20 %, pero en Chile está por encima del 30 % y seguirá aumentando. Para que un sistema funcione efectivamente en el primer nivel de atención, es necesario invertir entre el 30 % y 40 % de los recursos asistenciales en esta área. De lo contrario, el gasto se destina más a la atención curativa tardía que a la prevención, que es fundamental para el bienestar comunitario. Las cifras en diabetes, hipertensión y salud mental indican que estamos en una mala situación. Esa realidad solo se puede cambiar con una planificación a largo plazo en prevención y un acompañamiento constante de profesionales para fomentar una vida saludable, lo cual actualmente no existe en Chile».

Fábrega señaló que el verdadero problema del financiamiento y el presupuesto no se encuentra en el Ministerio de Salud, «sino en Hacienda, donde el señor Mario Marcel tiene todo el control, y eso no es sostenible. Lo que Marcel realizó este año con nuestro sector es inaceptable. El aporte fiscal disminuyó un 4 %, es decir, 439 mil millones de pesos menos que el año pasado. Con esos recursos podríamos haber logrado atención primaria y salud universal para casi todas las comunas de Chile». Asimismo, indicó que «la disminución del prepago total del sector salud ocurrió porque cayeron las cotizaciones de las rentas más altas en Isapre».

Analizando el gasto real del presupuesto para el sector, el doctor detalló que «nos hemos mantenido estancados durante años con una ejecución del 27 %, y no comprendo por qué. Además, el índice per cápita en salud para 2025 es el más bajo en 20 años. Actualmente, el gasto de salud promedio por usuario es de 11 mil pesos al mes».

En promedio, una persona de la tercera edad en Chile puede llegar a gastar más de 100 mil pesos mensualmente solo en medicamentos.

Con Información de desenfoque.cl

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