Este martes, el gobierno de Israel admitió haber disparado contra palestinos que esperaban por asistencia alimentaria en Gaza, justificando su acción por presuntas amenazas a la seguridad de sus soldados. Esta revelación se produce en un contexto de acusaciones internacionales y denuncias sobre crímenes de guerra.
Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, reportó que en los últimos tres días, al menos 62 personas han perdido la vida y cientos han resultado heridas mientras intentaban acceder a “escasas cantidades de ayuda humanitaria” en el enclave palestino bajo asedio.
Sharren Haskel, viceministra de Exteriores de Israel, confirmó en una rueda de prensa que las fuerzas israelíes dispararon cerca de los centros de distribución, aclarando que fue “alejado del centro de reparto” y que lo hicieron “debido a que se sintieron amenazadas“. También mencionó que algunos palestinos “optaron por rutas distintas que pusieron en riesgo a los soldados“.
El ataque más reciente ocurrió en la madrugada del martes cerca del centro de Tel al Sultán, en Rafah, el único que sigue operativo desde el viernes, dejando 27 muertos y más de 100 heridos, según el Comité Internacional de la Cruz Roja. Hamás reporta que desde la inauguración de los nuevos centros de distribución el 27 de mayo, al menos 102 personas han sido abatidas por disparos israelíes mientras esperaban por alimentos. Estos centros son gestionados por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), iniciativa de Israel y Estados Unidos como alternativa a la ONU para regular el acceso a la ayuda humanitaria.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU demandó una investigación inmediata e independiente, resaltando que “los ataques contra civiles constituyen una violación grave del derecho internacional y un crimen de guerra“. El portavoz Jeremy Laurence advirtió que “a los palestinos se les presenta una de las decisiones más terribles: morir de hambre o arriesgarse a ser asesinados al buscar alimento“.
La ONU también indicó que obstruir intencionadamente el acceso a alimentos y otros bienes esenciales puede ser considerado un crimen de guerra, así como las afirmaciones de líderes israelíes que han sugerido la intención de desplazar a la población de Gaza.
Con Información de www.lanacion.cl