La donación de sangre: una contribución fundamental a la salud pública en Chile y en el ámbito global.

Piera Ángela Zunino Chávez
Tecnóloga médica y académica de la U.Central

Cada 14 de junio conmemoramos el Día Mundial del Donante de Sangre, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca reconocer a los donantes voluntarios y no remunerados, y generar conciencia sobre la necesidad constante de sangre segura para transfusiones.

En Chile, el sistema de donación sanguínea ha avanzado considerablemente, aunque todavía enfrenta desafíos estructurales y culturales. Según el Ministerio de Salud, cerca del 38% de las donaciones son realizadas por donantes altruistas, mientras que el resto corresponde a donaciones por reposición, lo que limita la disponibilidad y seguridad de los componentes sanguíneos. Este panorama contrasta con el de países como España o Cuba, donde más del 90% de las donaciones son voluntarias, producto de políticas públicas efectivas y estrategias de educación comunitaria.

Los componentes de la sangre (glóbulos rojos, plaquetas, plasma) son fundamentales para tratar enfermedades oncohematológicas, llevar a cabo intervenciones quirúrgicas complejas, realizar trasplantes de órganos, atender partos complicados y afrontar accidentes traumáticos. Una unidad de sangre puede salvar hasta tres vidas al ser fraccionada según las necesidades de los pacientes. En este contexto, el trabajo de los Tecnólogos/as médicos/as en Bioanálisis clínico es esencial para garantizar la calidad, trazabilidad y seguridad de las transfusiones. Además, los bancos de sangre deben mantener un stock adecuado y constante, ya que ciertos componentes, como las plaquetas, tienen una vida útil limitada (aproximadamente cinco días).

Desde la perspectiva de la salud pública, promover una cultura de donación voluntaria, habitual y no remunerada no solo mejora la disponibilidad de sangre segura, sino que también favorece la equidad en el acceso a tratamientos y reduce los riesgos asociados con prácticas no reguladas. La evidencia internacional muestra que las donaciones voluntarias frecuentes son las más seguras, puesto que los donantes suelen estar mejor informados sobre los criterios de selección y adoptan estilos de vida saludables.

Educar, sensibilizar y desmentir mitos sobre la donación de sangre es una labor conjunta. Es crucial que las instituciones de salud, los medios de comunicación, las universidades y la comunidad en general promuevan activamente esta práctica. Donar sangre no debilita, no genera dependencia ni presenta riesgos significativos para la salud del donante. Al contrario, es un acto de responsabilidad social, empatía y compromiso con la vida, además de favorecer la regeneración celular.

En este Día Mundial del Donante de Sangre, el mensaje es claro: cualquier persona sana, mayor de edad y dispuesta a ayudar puede convertirse en un eslabón vital en la cadena de la vida. Ser donante solo toma unos minutos, pero puede proporcionar una segunda oportunidad a quienes lo necesitan.

¡Promovamos juntos la donación de sangre!

Con información de osornoenlared.cl

Con Información de chilelindo.org

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