Por Cristian Álvarez
El 5 de marzo conmemoró el 20° aniversario del fallecimiento de Gladys Marín, reconocida figura del Partido Comunista en Chile, admirada y criticada por sus posturas. Su legado refleja un fuerte compromiso político, mostrando su habilidad para promover su ideología a través de múltiples plataformas, ya sea en televisión o respaldando causas sociales desinteresadamente.
Aun así, su historia no ha sido plenamente narrada. Existen pocas obras que aborden su vida, desde su infancia en una familia numerosa hasta su carrera política, las adversidades de su militancia y su legado en la búsqueda de justicia. En este contexto, se lanzó el libro biográfico “Gladys Marín: Una Vida Revolucionaria”, publicado por “Ediciones B” de Penguin Random House, escrito por el historiador español Mario Amorós. Este texto se presenta como la biografía más completa hasta la fecha sobre su vida, y el autor ha documentado a otros importantes personajes de la izquierda chilena como Víctor Jara y Miguel Enríquez, además de Augusto Pinochet.
El libro fue presentado el 4 de marzo en el Museo de la Memoria, un evento que reunió a líderes del PC, familiares y autoridades del gobierno afines. La venta inicial de ejemplares augura un buen recibimiento en las librerías del país. El presidente Gabriel Boric se interesó en el libro, lo adquirió y provocó que la primera edición se agotara a principios de abril, dando paso a una nueva edición. En una charla escrita, el autor compartió impresiones sobre su trabajo y la vida de esta emblemática figura histórica.
¿Cómo nació la idea de esta biografía?
– Comencé este proyecto hace tres años, iniciando con la recopilación de documentos, bibliografía y testimonios. Dos eventos fueron cruciales: el apoyo de los hijos de Gladys Marín, Rodrigo y Álvaro, quienes me facilitaron acceso a la documentación que poseen, incluyendo cartas de sus padres, y la oportunidad de investigar en el archivo histórico del Partido Comunista de Chile.
¿Cuál fue tu enfoque de investigación y qué documentos empleaste?
Gladys nació en Curepto en 1937, se unió a las Juventudes Comunistas en 1956 y falleció el 6 de marzo de 2005. Su vida abarcó gran parte del siglo XX y su carrera política se extendió por cuatro décadas, siendo diputada en tres periodos, liderando en el exilio y ocupando roles clave en el partido hasta su fallecimiento.
Una de las complicaciones fue manejar un amplio repertorio de fuentes históricas, muchas de ellas inéditas. Fui el segundo historiador en revisar el archivo del PC, crucial para el periodo 1973-1990. Consulté tanto la prensa comunista chilena como medios de la Unión Soviética, Cuba y otros países.
Documentación del Archivo Nacional de Chile y del Ministerio de Relaciones Exteriores me ayudó a destacar distintos aspectos de su vida, que van desde su formación como docente hasta su experiencia como refugiada en la Embajada de Países Bajos. También descubrí un libro de Gladys Marín, que no había sido citado en estudios previos sobre historia chilena, publicado en checo en 1978, el cual compila discursos y comentarios realizados en el exilio. Este texto no estuvo ni siquiera entre los volúmenes donados a la Biblioteca Nacional por su familia.
Además, accedí a cartas que escribió a Pablo Neruda, resguardadas en la Fundación del poeta.
¿Recibiste apoyo de la familia de G. M. para la biografía?
– Tuve acceso a la correspondencia de Gladys, conservada por su familia, en los años posteriores al golpe de Estado. Las cartas entre ella y su esposo, Jorge Muñoz, son de particular interés, reflejando su visión sobre el golpe, la actuación de la izquierda y la lucha por recuperar la democracia. También muestran el impacto de la derrota en sus vidas y sus reflexiones sobre sus ideales.
Agradezco a Marta Friz, amiga de Gladys, quien me facilitó cuadernos que escribió durante su estancia en la Embajada de Países Bajos, que sirven como un diario personal, un documento invaluable tanto humano como político. Las cartas entre ambas resultaron ser muy significativas e inspiraron la cita de apertura del libro.
La relación con la familia de Gladys Marín fue cordial. Adicionalmente al acceso a la documentación mencionada, entrevisté a sus hijos y a su hermana mayor. También conversé con Cecilia Matus, quien fue parte de su vida desde la infancia, y en sus escritos se refleja el afecto que sentía por Gladys, a quien consideró como una segunda madre.
¿Cómo vivió su infancia con un padre ausente?
Gladys tuvo una infancia feliz en Talagante, rodeada de naturaleza y amigos. A pesar de la ausencia de su padre, disfrutó de una vida repleta de alegría, jugando al aire libre y socializando con otros niños. Aunque su hogar fue complicado, su madre influyó en su amor por la poesía y la escritura. No guardó rencor hacia su padre, a pesar de los maltratos que sufrió su madre.
¿Qué relación tuvo con Salvador Allende?
Gladys se unió al Partido Comunista en 1956, un periodo de represión que profundizó su compromiso político. Su cercanía a Allende durante campañas electorales y su carrera como diputada fortalecieron su lucha y aspiraciones. Con el tiempo, defendió el legado de Allende, aspirando a mantenerlo vivo incluso después de su muerte.
¿Cómo impactaron su exilio y la desaparición de su esposo?
El exilio fue su experiencia más dolorosa, asumiendo la orden de su partido en un momento crítico. La desaparición de Jorge Muñoz en 1976 fue un golpe devastador que enfrentó mientras denunciaba la dictadura en el exterior. A pesar del sufrimiento, Gladys continuó su lucha contra la impunidad dejada por la dictadura, recordando siempre a su compañero y exigiendo justicia.
¿Siguió creyendo en el comunismo tras la caída de la URSS?
Después del colapso de la URSS, Gladys defendió la relevancia del Partido Comunista en Chile, promoviendo un socialismo adaptado al siglo XXI. Su visión fue vital para mantener la importancia del PC durante los años 90, a pesar de los numerosos desafíos enfrentados.
¿Cómo describirías su estilo de liderazgo?
Gladys siempre se sintió parte de una dirección colectiva; su liderazgo fue carismático y logró buenos resultados electorales. En momentos difíciles, su voz era crucial en la toma de decisiones, pero promovió siempre una dirección colectiva dentro del partido.
¿Qué legado dejó para las nuevas generaciones de izquierdistas en el gobierno actual?
Su legado ha dejado huella, convirtiéndose en un símbolo de valentía y lucha para las nuevas generaciones, especialmente en el contexto del auge del feminismo y el estallido social. La consigna “Lucha como Gladys” encapsula su valía y compromiso, y su vida sigue inspirando a quienes buscan una sociedad más justa.
¿Cómo deberían ver las nuevas generaciones a Gladys Marín?
Gladys es una figura clave en la historia chilena, representando a la izquierda y reivindicando valores de justicia social. Su vida es un ejemplo de compromiso político y una referencia para aquellos que aspiran a construir una sociedad más equitativa, como lo hicieron otros grandes referentes de la historia de Chile.
Con Información de chilelindo.org