Un estudio realizado por investigadores del Instituto Max Planck de Meteorología (MPI-M) indica que la región amazónica podría mantener sus niveles de precipitación incluso en un escenario de deforestación total.
La pérdida de hábitats naturales, que sustentan una rica biodiversidad y significativas reservas de carbono, se ve amenazada por la deforestación, lo cual podría tener repercusiones considerables para el clima a nivel global.
Investigaciones anteriores alertaban sobre la posibilidad de que la Amazonia estuviera próxima a un punto de inflexión, más allá del cual el ecosistema perdería su capacidad de autossostenimiento, transformándose en una sabana. Sin embargo, el nuevo estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, sugiere que esto podría no ser cierto.
La preocupación de los científicos radica en la función esencial de la vegetación en la producción de lluvia. Las plantas absorben agua del suelo y la liberan a la atmósfera a través de sus hojas, generando la humedad necesaria para las precipitaciones en la Amazonia. Este proceso, que incluye tanto el papel de los suelos como el de las plantas en la transferencia de humedad, es conocido como evapotranspiración.
El concepto de que la deforestación causa una disminución en la evapotranspiración y, por ende, en las precipitaciones ha sido respaldado por múltiples estudios de modelización.
No obstante, estos estudios presentan importantes limitaciones: muchos se basan en modelos climáticos globales que representan de manera simplificada el proceso de convección, que es crucial para transformar la humedad en lluvia en la Amazonia, o utilizan modelos regionales que no permiten que la circulación atmosférica a gran escala se adapte a las circunstancias de la deforestación.
Por primera vez, los investigadores Arim Yoon y Cathy Hohenegger del MPI-M han utilizado el modelo global de resolución de tormentas ICON para abordar estas limitaciones. Realizaron una simulación atmosférica global con una resolución horizontal de cinco kilómetros durante un período de tres años, resolviendo explícitamente la convección en lugar de emplear reglas empíricas simplificadas.
Los hallazgos indican que la precipitación en la Amazonia no depende tanto de la evapotranspiración como se había considerado previamente. En realidad, la reducción de la evapotranspiración por la deforestación se compensa con cambios en la circulación atmosférica a gran escala.
«El viento a tres kilómetros de altitud transporta suficiente humedad del océano a la región para compensar la disminución de la evapotranspiración», afirma Yoon. Las estimaciones sugieren que la precipitación media anual en la Amazonia no varía significativamente incluso con una deforestación total, lo que contrasta con estudios previos.
«La precipitación terrestre parece estar más relacionada con la circulación a gran escala que con la evapotranspiración en nuestra simulación global de resolución de tormentas en comparación con los modelos climáticos de última generación utilizados en los informes del IPCC. Este hallazgo es fascinante, ya que nos lleva a reconsiderar algunas de nuestras creencias sobre la precipitación y su sensibilidad», comenta Hohenegger.
Sin embargo, a pesar de que no se espera que la cantidad total de lluvia en la Amazonia cambie anualmente, la distribución de las precipitaciones a lo largo del año sí podría verse alterada. «No es suficiente basarse en un solo indicador para evaluar el futuro de la selva amazónica», manifiesta Yoon. «Los detalles en los patrones de lluvia pueden tener un impacto significativo».
Con Información de www.elperiodista.cl