Incrementan las exportaciones de cobre refinado en Chile.

En el año 2024, los concentrados de cobre volvieron a ser el principal producto minero exportado, representando el 50,9% de la categoría. Por su parte, el cobre refinado tuvo una participación mucho menor, alcanzando solo un 33%, de acuerdo a las cifras anuales del Reporte de Comercio Exterior del año que acaba de finalizar.

Los concentrados no solo incluyen cobre en su estado bruto, sino también otros minerales valiosos como el molibdeno, junto con oro, platino, telurio y renio, entre otros.

Estos metales son extraídos de los concentrados que Chile exporta a diversos países. Así, se presenta el preocupante panorama, donde, a pesar de que el país es el mayor productor de cobre y sus derivados, China y Japón se posicionan como los principales productores de cobre refinado.

Curiosamente, Japón no cuenta con minas de cobre.

MINERALES, EL PRODUCTO MÁS EXPORTADO

El informe correspondiente al cierre de 2024 señala que las exportaciones chilenas totales aumentaron un 6,6%, ascendiendo de US$ FOB 95.542,5 millones a US$ FOB 101.814,7 millones.

El término FOB (Free On Board) es empleado como unidad de medida en las exportaciones y transacciones marítimas; incluye todos los costos de producción de los productos en su país de origen, así como el transporte y los derechos de exportación.

La minería lidera las exportaciones con un 30,1% de participación; el cobre se sitúa en segundo lugar con un 19,5%, mientras que el salmón queda en una lejana tercera posición con un 6,3%.

La participación de la minería en dólares FOB subraya la importancia de la explotación de estos recursos en la economía chilena. Entre 2023 y 2024, se registró un incremento del 8% en las exportaciones de minerales, que pasaron de US$ FOB 55.719,3 millones en enero-diciembre de 2023 a US$ FOB 60.203,6 millones en el mismo periodo de 2024.

SIGNIFICATIVA ALZA EN EXPORTACIÓN DE CONCENTRADOS

La expansión en las exportaciones de concentrados en comparación con 2023 fue notable, con un aumento de nueve puntos porcentuales. En 2023, los concentrados de cobre representaban el 41,3% del total de productos mineros exportados, mientras que el cobre refinado alcanzaba un 34,9%.

Durante 2024, se exportaron concentrados por un valor de 30.666,7 US$ FOB, superando los 23.468,4 US$ FOB del periodo de enero a diciembre de 2023.

Esto representa una variación del +30,7% en solo un año.

Por otro lado, las exportaciones de cobre refinado continuaron en declive, con una participación de solo un 33% del total de exportaciones mineras, y una variación estimada de -0,2%.

Así, mientras que en el periodo de enero a diciembre de 2023 se exportaron 19.883,6 US$ FOB, en 2024 la cifra fue de 19.850,6 US$ FOB.

Por cada dólar obtenido de la venta de cobre refinado, se están exportando 1,54 dólares en concentrados.

Las exportaciones de molibdeno también mostraron una significativa disminución en 2024, con un descenso del 16,9%. Este mineral representó un 3,2% del total exportado; en enero-diciembre de 2023 se registraron exportaciones por 1.926 US$ FOB, en comparación con 2.316,9 US$ FOB del año anterior.

En 2023, los concentrados se consolidaron nuevamente como el principal producto minero exportado desde Chile, con una participación del 41,3%, superando al cobre refinado con un 34,9%, según el informe del Anuario Estadístico 2023 de Aduana.

Si en 2023, las exportaciones de concentrados superaban al cobre en un 6,4%, en 2024 la diferencia se amplió a 17,9 puntos porcentuales.

Esto significa que en 2024, el aumento en las exportaciones de concentrados en comparación al refinado se incrementó 2,79 veces porcentuales respecto al año anterior.

Las exportaciones de minerales concentrados alcanzaron los US$ FOB 23.505,4 millones, mientras que las exportaciones de cobre fueron de US$ FOB 19.889,6, que ya en 2023 había visto una caída del -3,7% frente al año 2022.

Durante 2023, el sector minero representó el 58,9% de las ventas chilenas al extranjero, con el cobre y los concentrados constituyendo el 76,2% de otros minerales.

EL DESMANTELAMIENTO DE LA CAPACIDAD INDUSTRIAL DEL PAÍS

Debido a una política industrializadora intensa, Chile era el líder mundial en fundiciones de minerales hasta principios de 1990, con el 14,6% de la capacidad de fundición global.

Después de Chile, Estados Unidos ocupaba el segundo lugar con una capacidad del 12,9%.

Sin embargo, tres décadas después, en 2018, Chile había visto reducir su participación a solo un 7,9% de la capacidad de fundición mundial.

La desindustrialización ha llevado a que, en 1990, solo un 16% del cobre producido en Chile fuera concentrado; en el año 2000, esto había aumentado al 38%, y alcanzó el 50% en 2020, según datos de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).

Hoy en día, la producción de cobre en Chile excede la capacidad de fundición. Según Cochilco, en 2024 se generaron 5,5 millones de toneladas de cobre, un incremento del 4,9% en comparación con el año anterior. Solo en diciembre, la producción alcanzó las 563,4 mil toneladas, la cifra más alta mensual registrada.

De acuerdo con el Banco Central, que hizo pública esta información a inicios de enero de 2025, las ventas de cobre se incrementaron más del 17%, lo que equivale a US$ 50.858 millones, casi la mitad del comercio exterior chileno. Dentro de esta cantidad, los concentrados representaron US$ 31.551 millones.

«Las pérdidas para el erario nacional en la explotación de concentrados de cobre sin procesar fueron calculadas en aproximadamente US$119.664.470.383 por funcionarios de Aduana del puerto de Antofagasta.«

El abogado y economista, Héctor Vega, mencionó que las fundiciones en Chile no tienen la capacidad para refinar todas las toneladas de concentrados que se producen. Vega es doctor en Economía por la Universidad de Aix-Marseille y en Ciencias Sociales del Desarrollo por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París, así como investigador en la London School of Economics (1962-1964) y en la Delhi School of Economics (India, 1969-1971).

Su análisis realizado hace dos años reflejó un panorama de desindustrialización en el país. Actualmente, existen solo cinco fundiciones en Chile: Chuquicamata, Potrerillos, Paipote, Ventanas y Caletones, además de tres refinerías: Chuqui, Potrerillos y Ventanas, siendo Codelco el principal operador. Además, Alto Norte de Refimet (actualmente de Xstrata) y Chagres de Anglo American) no refinan metales valiosos en Chile, exportándolos en concentrados.

Es relevante mencionar que Paipote cerró a principios de 2024.

PÉRDIDA DE MINERALES DE GRAN VALOR

Minerales valiosos en el mercado se escapan del país al ser exportados en concentrados. Esto incluye metales del grupo del platino (PGM), presentes en barros anódicos y concentrados, como el oro (Au), cuyo valor actual se estima en US$ 10.245,45, según datos del Banco Central.

Codelco, a través de Juan Camus, doctor en Química y quien trabajó durante 48 años en el Laboratorio de Metales Nobles en la Fundición Ventanas, indica que se produjeron 16.500 lingotes de oro de 12,5 kilos cada uno a partir de barros anódicos, que son los residuos del proceso de refinado del cobre.

Los concentrados también contienen minerales que han cobrado gran relevancia en la competencia global por materias primas y metales preciosos, como el platino (Pt), paladio (Pd) o rodio (Rh), cuyo valor puede ser diez veces superior al del oro.

Asimismo, en los concentrados de cobre se encuentra renio (Re), un mineral altamente valorado por su resistencia a temperaturas extremas, utilizado en la manufactura de componentes para turbinas de aviones y blindajes de naves espaciales, cuyo precio es actualmente de 2.500 dólares por kilogramo.

A pesar de su importancia, estos minerales no son monitorizados durante su paso por Aduana, una situación permitida por las Resoluciones Exentas (RE) de Aduana Nº 3.624 de 2018 y Nº 4.449 de 2019. La primera resolución disminuyó los minerales a ser controlados en este tipo de exportación, destacando el molibdeno. La más reciente, publicada el 12 de septiembre de 2019 bajo el gobierno de Sebastián Piñera, excluyó varios minerales de la declaración. Así, de 14 elementos originalmente controlados, solo cuatro (cobre, oro, plata y molibdeno) quedaron sujetos a control.

LA BILLONARIA CIFRA QUE CALCULAN TRABAJADORES DE ADUANA

Según estimaciones de los funcionarios de Aduana del puerto de Antofagasta, las pérdidas para el Estado por la explotación de concentrados de cobre sin procesar ascienden a aproximadamente US$119.664.470.383.

Esto representa un total de ciento diecinueve mil seiscientos sesenta y cuatro millones cuatrocientos setenta mil trescientos ochenta y tres dólares.

El puerto de Antofagasta es uno de los principales puntos de salida para gran parte de la producción minera chilena. Este cálculo fue realizado entre 2017 y 2021 y se basa en comparar el valor de elementos no pagables en los concentrados de cobre con alto valor en el mercado, como el platino, paladio y selenio, con el porcentaje promedio de contenido que reportan las empresas exportadoras de minerales.

Se aplicó una pérdida metalúrgica extrema del 30%, resultando en un monto de subfacturación de US$ 83.765.129.268.

Para ponerlo en contexto, el gasto público para 2023 fue de US$ 81.599 millones.

La exportación de concentrados también acarrea grandes riesgos de evasión tributaria, un problema señalado en un estudio de UNCTAD y Naciones Unidas (ONU) en 2019, que analizó la evasión fiscal en el comercio de minerales, petróleo y otros commodities.

Para Chile, este estudio determinó que entre 1990 y 2014, el país realizó exportaciones récord de cobre hacia los Países Bajos, pero US$ 16 mil millones que salieron no se registraron en las importaciones en destino. Para Alemania, se reportaron US$ 9.400 millones menos. Las inconsistencias en la facturación minera sumaron US$ 44 mil millones en el mismo período, atribuibles a la evasión tributaria. Se estima que el monto de las exportaciones mineras ilegales supera la inversión directa extranjera en estos países. (2)

El refinamiento de concentrados en el país podría reactivar la actividad económica que ha experimentado un bajo crecimiento y mermas en ingresos fiscales durante varios años. La experiencia de Chile como nación minera ha cultivado mano de obra capacitada; solo falta la voluntad política del gobierno para detener el saqueo y fomentar la fundición en el país.

Por Mauricio Becerra R.

NOTAS

Con Información de www.elciudadano.com

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