El pasado sábado 7 de junio se formalizó la situación legal de dos imputados por el homicidio de Francisco Albornoz, un joven técnico farmacéutico de 21 años, cuyo cadáver fue descubierto el miércoles 4 de junio cerca del río Tinguiririca.
Los imputados son el médico ecuatoriano Christian González y el chef chileno José Miguel Baeza, quienes quedaron bajo la medida cautelar de prisión preventiva impuesta por el juez. Este, además, estableció un plazo de 90 días para las investigaciones correspondientes.
En relación a este caso, la Fiscalía presentó su teoría sobre los hechos ocurridos con Francisco desde la fecha de su desaparición, el 23 de mayo de 2025.
Según la fiscal Rossana Folli, el joven habría muerto a causa de un traumatismo encefalocraneano, resultado de golpes en la cabeza la noche en que se encontró con los imputados. Su cuerpo, posteriormente, habría sido trasladado al sitio donde fue encontrado.
La fiscal subrayó que “desde la perspectiva del Ministerio Público, se descarta que la intoxicación haya sido la causa de la muerte de Francisco” y que su deceso es atribuible a un traumatismo encefalocraneano. También mencionó un “plan delictual” destinado a causar su muerte.
“Lo que finalmente causa la trágica muerte de Francisco es parte de un plan concebido por los dos imputados con el objetivo de provocar su fallecimiento. Este plan busca primero alcanzar la impunidad y luego asegurar que la víctima no tuviera oportunidad de defenderse, resultando finalmente en un desenlace fatal”, detalló.
Sobre la noche del crimen, la fiscal Folli indicó que, de acuerdo con la evidencia, “Francisco conocía al menos a uno de los imputados” y que “la reunión tuvo lugar en el departamento de Ñuñoa, entre las tres personas involucradas”.
En este sentido, la fiscal resaltó que “el Servicio Médico Legal de San Fernando determinó que la causa de muerte de Francisco fue un traumatismo encefalocraneano, siendo la lesión de naturaleza homicida”.
Además, mencionó que el juez, en su resolución, “concluye que hay evidencia suficiente para establecer que los golpes sufridos por Francisco ocurrieron dentro del departamento en Ñuñoa”.
La fiscal enfatizó que hay pruebas suficientes para deducir que “existen indicios que demuestran que él nunca estuvo vivo, ni siquiera por un instante, en el momento en que fue trasladado en la maleta”.
Finalmente, Rossana Folli declaró que “la prisión preventiva fue la medida cautelar impuesta a los dos imputados, ya que, para el tribunal, su liberación representa un peligro para la seguridad de la sociedad”.
Es importante mencionar que el juez calificó el incidente como homicidio simple, aunque no descartó que la figura penal pueda cambiar a homicidio calificado a medida que avance la investigación.
Con Información de www.lanacion.cl