Guía de liderazgo para quienes buscan mejorar su confianza y habilidades en la toma de decisiones.

Aquí tienes el contenido reescrito de forma resumida y manteniendo la esencia de las ideas originales:

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El equívoco cultural

Uno de los grandes errores en nuestras referencias culturales es pensar que reflejan lo que aparentan. En la superficie, nos presentan grandeza y destino; sin embargo, por debajo, se oculta una lucha por mantener el control. Lo que se percibe como poder es a menudo un disfraz de pago a plazos y un ego inflado haciéndose pasar por talento.

La cultura popular no celebra el poder; lo disfraza como vocación. Así, confundimos la autoridad con el propósito, la estrategia con el deseo, y la obediencia con un sentido de pertenencia. Las películas no nos enseñan a liderar, sino a simular confianza en la falta de verdadero poder. En realidad, muchos relatos fundamentales no ilustran el ascenso, sino cómo evitar el colapso.

Un claro ejemplo de esta confusión es El Padrino. El clásico de Coppola ha sido erróneamente considerado un manual de liderazgo para ejecutivos que buscan encontrar sabiduría en las palabras de Vito Corleone. No es una película sobre poder, sino sobre miedo. En la mafia, el liderazgo se transfiere a través de la violencia y ambos Corleone, Vito y Michael, entienden que el poder sin un plan de escape es solo una cuenta regresiva hacia la caída.

Cada aspecto de la trama refleja un juego de miedo, donde la familia no busca dominar, sino sobrevivir, evitando el destino de aquellos que fueron poderosos antes que ellos. Las tácticas como la cercanía al Vaticano son solo estrategias para asegurar la supervivencia; Michael no hereda un imperio, hereda el miedo.

La degradación del mando

Otra de las obras maestras de Coppola, Apocalypse Now, es malinterpretada como un relato bélico, cuando en realidad es un análisis del poder en descomposición. En esta película, el miedo no se media a través de relaciones familiares, sino de una atmósfera controlada donde la descomposición de la jerarquía se vuelve evidente.

La escena inicial presenta un presagio de caos, donde el poder, aunque aún tiene forma, ha perdido su esencia. El capitán Willard, que no es un héroe, se encuentra en un viaje hacia el coronel Kurtz, un desobediente que ha fundado su reino de sombras. Este viaje revela que el verdadero miedo no se presenta como desobediencia, sino como una obediencia extrema, donde el coronel se ha convertido en una sombra de lo que era.

El miedo se revela como una constante presente, ya que la guerra no crea monstruos, sino que expone las realidades ocultas. La creencia errónea de que el miedo es exclusivo de los subordinados ignora que quienes mandan también experimentan dudas y rencores que disfrazan con jerga institucional y urgencias.

La farsa del yo

En American Psycho, Christian Bale interpreta a Patrick Bateman, quien no busca la violencia, sino experimentar alguna emoción en un mundo obsesionado con las apariencias. La violencia en la película es un grito desesperado de quien no quiere quedar en el olvido. Aunque Bateman tiene éxito aparente, su verdadera competencia es la posibilidad de ser irrelevante, lo cual lo lleva a la desesperación.

En su mundo, las superficialidades como una tarjeta de presentación se vuelven más relevantes que el desempeño real. La historia refleja un pánico a no ser incluido en el éxito, donde las acciones extremas surgen de un deseo de probar su existencia, ya que el crimen no llama la atención, pero la irrelevancia lo hace.

El código del rechazo

Por otro lado, The Social Network retrata a Zuckerberg como un excluido que creó Facebook no para conectar al mundo, sino para no quedar fuera. La red social nació de la humillación y el miedo a no ser incluido. A pesar de su éxito, lo primordial fue el rechazo que transformó en una lucha por ser parte de la narrativa del éxito, revelando que el verdadero motor era la ansiedad, ocultándose bajo un código sofisticado.

Coreografía del miedo corporativo

Este compendio de miedos se refleja en el ámbito corporativo actual, donde la figura del ejecutivo es una creación defensiva, diseñada para aparentar avance mientras se gestiona el miedo. El ejecutivo no está creando valor; solo está administrando. Su impacto se mide a través de reuniones y visibilidad, no por resultados sustanciales. La cultura organizacional es un disfraz para no enfrentarse a la falta de autenticidad, donde el verdadero miedo no es ser despedido, sino dejar de ser.

Último tramo del miedo

En cuanto a mi propia experiencia, reconozco que el miedo siempre ha estado cerca. Lo he sentido en múltiples ocasiones, quizás por una mezcla de ingenuidad y confianza. La lucha contra el miedo se vuelve más compleja cuando uno ha enfrentado situaciones verdaderamente aterradoras. Ya sea en situaciones peligrosas o en marcos más mundanos, la realidad es que nuestra conducta a menudo está impulsada por el miedo, aunque las formas puedan ser distintas.

He resumido las ideas más relevantes y las he reformulado para mantener el significado original, pero con un estilo nuevo. Si necesitas algún ajuste adicional o un enfoque diferente, házmelo saber.

Con Información de desenfoque.cl

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