Este lunes concluye el plazo para que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Antofagasta tome una decisión sobre la continuidad del proyecto INNA, impulsado por la empresa eléctrica AES Andes, en medio de críticas de la Seremi de Medio Ambiente y la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS).
El objetivo de este proyecto es construir un complejo industrial destinado a la producción de hidrógeno y amoniaco verde, lo cual podría amenazar los cielos limpios del Observatorio Paranal de ESO y los futuros telescopios ELT y CTA en el desierto de Atacama.
Se prevé que el complejo se ubique en la comuna de Taltal, a una distancia de entre 5 y 11 kilómetros de los telescopios, generando contaminación lumínica que podría ocasionar daños irreparables a las observaciones astronómicas.
Específicamente, esta contaminación afectaría la sensibilidad de los telescopios, introduciendo partículas suspendidas que degradarían la atmósfera y perjudicarían los instrumentos, así como alteraciones atmosféricas causadas por la turbulencia de los aerogeneradores, comprometiendo observaciones de alta precisión.
Desde el Ministerio de Medio Ambiente (MMA) se han expresado serias preocupaciones sobre el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por AES Andes, señalando riesgos importantes para el desarrollo de la astronomía en la región.
“En un oficio pormenorizado de más de 30 páginas, la autoridad cuestiona tanto la ubicación del proyecto como el impacto de sus actividades en los cielos del desierto de Atacama, reconocidos en todo el mundo por su calidad para la observación astronómica”, destacó Chiara Mazzucchelli, presidenta de SOCHIAS.
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Impacto en la calidad del cielo
El MMA ha advertido sobre el posible impacto del proyecto en la contaminación lumínica, que podría afectar gravemente las condiciones de observación en los observatorios cercanos, cruciales para investigaciones científicas a nivel mundial.
“El Ministerio de Medio Ambiente refutó las declaraciones de AES Andes, las cuales aseguraban que el proyecto no tendría un impacto relevante en los observatorios. En su análisis, la autoridad constató la falta de información crucial sobre los efectos de la contaminación lumínica y solicitó un estudio actualizado que aborde estas lagunas encontradas”, recordó Mazzucchelli.
Aunque AES Andes afirmó que el complejo industrial se construiría dentro de la Reserva Eólica de Taltal, una zona destinada a energías renovables, el despacho de medio ambiente desmintió esto, afirmando que el Proyecto INNA no se encuentra dentro de los Polos de Desarrollo de Generación Eléctrica (PDGE) establecidos por el Estado para la región.
“El proyecto en evaluación no se halla incluido en ninguno de los polígonos definidos por PDGE en la provincia de Antofagasta, por lo que no tiene relación directa con PDGE como instrumento evaluado estratégicamente ni con la sustentabilidad del territorio”, indicó la Seremi de Medio Ambiente de Antofagasta.
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En el informe, se exigió llevar a cabo nuevas evaluaciones en diversos aspectos, como el impacto acústico en la fauna nativa y marina, tanto durante la construcción como en la operación; las emisiones de luminosidad artificial y su efecto sobre los observatorios astronómicos; y la revisión de los modelos de dispersión de contaminantes, que no estarían adecuadamente detallados en el estudio presentado.
“Como Sociedad Chilena de Astronomía, junto a diversas organizaciones de la sociedad civil, reiteramos nuestro compromiso con la defensa de la astronomía y la protección de los cielos oscuros, que forman parte del patrimonio científico y natural de la humanidad. Las observaciones planteadas por el MMA son tan graves que consideramos justificada la posibilidad de finalizar el proceso de evaluación ambiental del Proyecto INNA”, añadió Chiara Mazzucchelli.
Evaluación ambiental y continuidad del proyecto INNA
Frente a las numerosas críticas, AES Andes defiende la viabilidad del proyecto, en el que se prevé una inversión superior a los US$10.000 millones, y asegura que la documentación presentada cumple con la normativa vigente.
No obstante, la decisión recae en Tomás Ballesteros, director (s) del SEA de Antofagasta. Si Ballesteros decide emitir un informe de falta de información relevante o esencial (IRE), esto indicaría que el proyecto presenta deficiencias fundamentales en su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), las cuales no podrían ser corregidas con aclaraciones o modificaciones.
Por lo tanto, si se cierra anticipadamente la evaluación ambiental, el megaproyecto INNA podría quedar en pausa de forma indefinida.
De lo contrario, si el director del SEA de Antofagasta decide continuar con el proceso, AES Andes tendrá la oportunidad de responder a las observaciones y seguir adelante con la tramitación del controvertido complejo industrial.
Con Información de www.elciudadano.com