Mientras los medios de comunicación más influyentes centran su atención en Oriente Medio o Europa, América Latina sigue siendo un objetivo de vital interés. Durante la última década, Estados Unidos ha progresado en su control sobre nuestros países y recursos mediante diversas estrategias de dominación.
Página 19 tuvo una conversación con la reconocida periodista argentina Stella Calloni, corresponsal del diario La Jornada de México y autora de la obra “Operación Cóndor, pacto criminal”.
– Recientemente, se hizo pública una declaración que denuncia las recientes acciones del gobierno de Javier Milei, que incluye el envío de militares a la nueva Escuela de las Américas. Esto representa un claro retroceso…
En Argentina, antes se había suspendido el envío de militares y policías, un gran avance que casi nadie mencionaba. Me parece alarmante que, como si nada hubiera sucedido, volvamos a enviar tropas que, a lo largo de nuestra historia, han causado tanto sufrimiento a nuestros pueblos.
Es importante señalar que no todos los militares que pasaron por el Comando Sur han sido utilizados para imponer dictaduras en el Cono Sur.
También es relevante recordar que, en el contexto de la CELAC en 2011, la propuesta de Hugo Chávez de unir las fuerzas militares de la región fue un paso importante para prevenir el retorno de situaciones similares a las del pasado.
– Sin embargo, algunos en la izquierda no ven esto como un gran problema, argumentando que el imperialismo hoy actúa de manera diferente. ¿Es aún peligroso enviar tropas a entrenarse en Estados Unidos?
Desde mi perspectiva, es muy peligroso, especialmente en un contexto donde Estados Unidos busca recolonizar nuestra región a través del control de recursos naturales, tal como estipula la Doctrina Monroe de 1823.
Hemos regresado al siglo XIX en términos de intervención. Durante la administración de Macri, la actual Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, estableció un Centro Regional de Inteligencia en Tierra del Fuego bajo indicaciones estadounidenses, lo que también implica una base militar.
Es crucial plantear esto como un tema cotidiano de protesta, ya que el panorama entre Estados Unidos y América Latina ha cambiado drásticamente. Nos encontramos en una guerra contrainsurgente, fuera de lo que era la lógica de las dictaduras militares, con la entrega de parte del territorio argentino, especialmente en la Patagonia, y en Chile, donde también hay una base militar estadounidense para entrenamiento de fuerzas de paz.
Los estudios sobre militarismo en nuestra región dejan en claro los motivos detrás de esta intervención. Por ejemplo, en el sur de Argentina, el gobierno de Milei ha aprobado la instalación de bases militares estadounidenses para supuestos controles ambientales, lo que en realidad es un disfraz para el establecimiento de bases militares con fines bélicos.
No podemos confiar en Estados Unidos, especialmente cuando nos dicen que están aplicando la Doctrina Monroe. El presidente estadounidense ha dejado claro que estamos enfrentando un proceso de recolonización que amenaza nuestras riquezas naturales.
– Estamos en tiempos difíciles donde la captura de recursos naturales es primordial para Estados Unidos, que, en caso de una guerra nuclear, ve a América Latina como un territorio clave…
Así es. Estados Unidos posee información detallada sobre los recursos del sur de Argentina y Chile, y no dudarán en intentar controlar estos recursos, especialmente en el contexto actual de política internacional.
Israel también juega un papel crucial en esta dinámica. En Argentina, la influencia de Israel es notable, incluso en la celebración de festividades judías por parte del presidente, lo que marca una cercanía inquietante con el gobierno israelí en tiempos conflictivos.
Nos enfrentamos a una situación peligrosa. El avance imperialista de Estados Unidos busca asegurar su control total sobre América del Sur y el Caribe, donde abundan recursos naturales.
En el caso de Venezuela, poseen la mayor reserva de petróleo del mundo y, en el sur, se llevan a cabo exploraciones que implican acuerdos con empresas israelíes para la extracción de petróleo en las cercanías de las Malvinas, lo que pone en jaque la soberanía territorial de la región.
Además, el actual gobierno está cometiendo actos de violencia étnica contra comunidades indígenas, similar a lo que está sucediendo en Chile con los Mapuche, donde las empresas extranjeras ya controlan gran parte del sur, lo que ha llevado a violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
– El pasado 23 de febrero se conmemoró el Día Mundial contra las Bases Militares Extranjeras. En América Latina se han observado tanto logros como retrocesos en esta lucha…
En Ecuador, durante el gobierno de Rafael Correa, se logró cerrar la base militar estadounidense en Manta. Actualmente, se han concedido las Islas Galápagos a intereses militares. Esto debería generar rechazo a nivel mundial, dado que son un patrimonio de la humanidad.
Es fundamental identificar los países que albergan bases estadounidenses. Las más numerosas se encuentran en Perú y Colombia. En algunos casos, las bases colombianas están operadas en su interior por el mando estadounidense, lo que refleja un control colonial parecido al de Europa.
La base militar de Guantánamo, que actúa como cárcel, es un ejemplo de esta situación, donde inmigrantes son detenidos y deportados como criminales sin el debido proceso. Este lugar ha sido un laboratorio de tortura, donde se han ensayado métodos de abuso y represión.
Además, se recrudece el discurso acusador de Estados Unidos hacia países como Cuba, etiquetándola como patrocinadora del terrorismo, cuando ellos mismos han respaldado actividades terroristas contra la isla.
Hay que destacar que a nivel global se proclama una «guerra contra el terrorismo», siendo Estados Unidos uno de los principales actores del terrorismo, aunque raramente se reconoce. En el caso de Palestina, estamos presenciando un genocidio que ha sido ignorado.
Considero que es crucial continuar denunciando la situación en Palestina y reconocer el heroísmo de los pueblos que luchan por su dignidad, como el pueblo cubano, que enfrenta un bloqueo criminal que ha tenido graves consecuencias humanitarias.
La situación en Argentina bajo el gobierno de Milei no es una gestión soberana, sino una subordinación a Israel y Estados Unidos, lo que debe ser visibilizado y desafiado, pues se trata de un proceso de colonización encubierto.
– Hablando de bases militares, hay una en particular, la NAMRU-6 en Perú, que supuestamente investiga enfermedades infecciosas, pero que podría utilizarse para fines de guerra biológica…
Existen muchas informaciones ocultas que se escapan del debate público. Rusia, por ejemplo, ha denunciado laboratorios biológicos en Ucrania, lo cual ha sido silenciado, pero revela que la situación de peligro es aún mayor.
– Muchas personas parecen desinformadas acerca de los eventos mundiales, ya que los medios hegemonicos controlan el relato…
El terrorismo mediático ha monopolizado la información, lo que lleva a la desinformación generalizada y al control social. Esto es un desafío crucial que debemos abordar desde una perspectiva cultural alternativa, que reconozca y valore las realidades de nuestros pueblos.
– Este año se conmemoran 50 años de la Operación Colombo en Chile y, a pesar de los esfuerzos por investigar, muchos siguen desaparecidos y la justicia permanece ausente…
La Operación Colombo anticipó lo que sería la Operación Cóndor, y aunque existen documentos desclasificados, a menudo ocultan la verdad sobre la complicidad de Estados Unidos y la CIA en los crímenes de la dictadura.
En estos tiempos difíciles, los derechos humanos han sido despriorizados y la persecución contra quienes defienden estos derechos es evidente. La desclasificación de documentos ha quedado relegada y los verdaderos responsables siguen sin ser llamados a rendir cuentas.
– A pesar de la desclasificación de documentos, hay mucha información que permanece oculta. ¿Es Estados Unidos cómplice de esta impunidad?
No solo son cómplices, son autores intelectuales. Ellos son responsables de haber entrenado a los militares y operado detrás de las dictaduras en nuestros países. Además, buscan infiltrarse en las estructuras judiciales y mediáticas de América Latina, lo que es alarmante.
– Aunque es positivo que Estados Unidos y Rusia busquen acuerdos para frenar la guerra en Ucrania, su discurso hacia América Latina sigue siendo agresivo…
Efectivamente, es un momento crítico. Estados Unidos busca mantener el control de América Latina como su “patio trasero” mientras lidia con otras potencias internacionales. Las implicaciones de esto son cada vez más preocupantes.
Observamos cómo la situación en Haití, marcada por la violencia y las masacres perpetradas por mercenarios, ha sido ignorada en el debate internacional, lo que refleja una alarmante falta de atención a los derechos humanos en la región.
Con Información de pagina19.cl