El Proyecto INNA de AES Andes tendría un impacto en comunidades del Pueblo Chango.

Proyecto INNA de AES Andes y las comunidades del Pueblo Chango

Imagen del Proyecto INNA

El proyecto INNA, que AES Andes introdujo en diciembre de 2024, ha suscitado una considerable polémica debido a sus posibles efectos sobre el Observatorio Paranal, la biodiversidad y las comunidades del Pueblo Chango en Taltal, región de Antofagasta. Este gran proyecto, cuyo objetivo es la producción de hidrógeno y amoníaco verde, ha recibido críticas de científicos, ambientalistas y comunidades indígenas por los daños irreparables que podría ocasionar.

Ver también / «Riesgos significativos para la astronomía»: Medio Ambiente y astrónomos ponen en jaque proyecto que amenaza observatorios

De acuerdo con el Observatorio ESO Chile, la ubicación del INNA se encuentra a tan solo entre 5 y 11 kilómetros de los telescopios de Paranal, lo que generaría contaminación lumínica que podría perjudicar las observaciones astronómicas. Además, el proyecto contempla la construcción de una mega planta desaladora que, según especialistas, podría poner en peligro el equilibrio marino y la biodiversidad costera.

La Fundación Tantí ha resaltado un aspecto poco conocido del proyecto: su impacto sobre las comunidades del Pueblo Chango. Estas comunidades han denunciado la falta de consulta previa y el potencial peligro que representa para su estilo de vida ancestral, que se basa en la pesca y la recolección costera. “Una transición energética justa no debe reproducir las injusticias del extractivismo”, afirmó la fundación en una publicación reciente en sus redes sociales.

Durante un conversatorio que tuvo lugar el 15 de enero de 2025 en Taltal, según una publicación de Fundación Tantí, se discutieron los diversos impactos que podría tener el INNA. Gonzalo Lemus, residente de Taltal y miembro de la Agrupación Todos Juntos por Taltal de la Red de Profesionales Indígenas, enfatizó la necesidad de proteger el patrimonio natural y cultural de la región: “Es fundamental resguardar el legado y el maritorio de nuestros pueblos originarios changos, un patrimonio valioso que debemos conservar para las futuras generaciones”.

Se ha denunciado que el proyecto también pone en riesgo a especies endémicas, como la chinchilla de cola larga, que se encuentra en peligro de extinción, además de afectar 90 hallazgos arqueológicos en la zona, incluyendo conchales y cerámica del Pueblo Chango. “La afectación a la biodiversidad marina es una de nuestras mayores preocupaciones, ya que es nuestra principal fuente de sustento”, mencionaron representantes indígenas durante el evento.

AES Andes ha publicitado su proyecto como “una contribución a la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde de Chile”. Javier Dib, director general de la empresa, afirmó: “Nuestra asociación con las comunidades locales y los grupos de interés es una prioridad. Buscamos fortalecer el desarrollo local, mientras mantenemos los más altos estándares ambientales y de seguridad”. Sin embargo, estas declaraciones han sido cuestionadas por las comunidades changas y las organizaciones ambientalistas.

La controversia ha originado solicitudes para que el proyecto se termine anticipadamente ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), solicitud que, lamentablemente, no fue aceptada por el organismo.

Con Información de www.elciudadano.com

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