El Papa Francisco ha regresado al Vaticano tras pasar 38 días hospitalizado por problemas respiratorios, aunque deberá cumplir un periodo de convalecencia de al menos dos meses, según lo recomendado por los médicos. A pesar de su descanso, aumenta la incertidumbre sobre cómo afrontará futuros compromisos, como la Semana Santa y la visita de los reyes de Inglaterra.
Durante su regreso, el Papa fue observado con notables dificultades para moverse y respirar, utilizando cánulas nasales con oxígeno, lo que resalta la importancia de seguir las pautas médicas que incluyen la restricción de contactos y desplazamientos. Su apartamento en la Casa Santa Marta ha sido adaptado para emergencias y contará con asistencia médica disponible las 24 horas.
Conocido por su activa participación en los eventos del Vaticano, el pontífice podría hallar complicado mantener el aislamiento recomendado. Según algunos informes, se contempla que Francisco participe en las actividades de la Iglesia mediante videomensajes y apariciones limitadas para el rezo desde la ventana de su biblioteca, con vistas a la plaza de San Pedro.
Uno de los primeros compromisos que podría influir en su capacidad de descanso es la visita del rey Carlos de Inglaterra programada para el 8 de abril. Se ha sugerido que el Papa podría delegar este encuentro a su secretario de Estado, Pietro Parolin. Otros eventos significativos que se aproximan incluyen el Jubileo de los misioneros de la misericordia, el Jubileo de los enfermos, los ritos de la Semana Santa y la canonización de Carlos Acutis el 27 de abril. No se prevé que el Papa participe en el viaje planeado a Nicea, Turquía, en mayo.
El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, subrayó que el Papa mantiene una excelente memoria y lucidez, aunque aún requerirá tiempo para recuperar completamente su voz y salud. Respecto a los ritos pascuales, destacó que los cardenales ya están organizando reemplazos necesarios en caso de que el Papa no pueda presidirlos.
Gobernar a través de una «correa de transmisión»
Debido a su aislamiento, Francisco podría recurrir a un sistema de «correa de transmisión» para seguir gobernando la Iglesia. A diferencia de sus predecesores, que dependían de un secretario de confianza y potentes secretarios de Estado, Francisco ha centralizado muchas decisiones en su figura. Actualmente, cuenta con tres secretarios personales que podrían ayudar a gestionar los asuntos del Vaticano durante su convalecencia. También se espera que los cardenales más cercanos al Papa, como Mario Grech, Robert Francis Prevost y Víctor Manuel Fernández, asuman un papel más activo en la toma de decisiones.
En esta etapa, el Papa podría contar con el apoyo del Consejo de Cardenales, el C9, compuesto por miembros clave de la Iglesia, aunque actualmente solo seis permanecen en funciones. Se espera que algunos de estos cardenales asuman mayores responsabilidades durante el periodo de recuperación del Papa.
Con Información de hoysantiago.cl