La cantautora Mon Laferte compartió este miércoles un mensaje en la red social X, en el que incluyó un audio y varias imágenes de sus obras audiovisuales. Este pronunciamiento llega en un contexto de intensa controversia en torno a sus exposiciones en Santiago y Valparaíso.
El comunicado de la artista se produce un día después de que el Parque Cultural de Valparaíso, donde se exhibe su muestra “Te Amo. Mon Laferte Visual”, emitiera un respaldo a su trabajo.
Más de 500 artistas visuales han firmado una carta pública criticando la exposición, acusando que otras muestras habrían sido desplazadas o reducidas para dar cabida a la de Laferte.
“¿Cómo se adquiere el derecho a ser llamado artista? ¿Se nace, se hace, se compra? Yo no asistí a la universidad y no tengo un título de artista o catedrática, pero la necesidad me ha enseñado a ser más creativa, a arreglármelas y a no pedir permiso. ¿Se imaginan si hubiera solicitado permiso? Estaría muerta”, afirmó la cantante.
UN PASADO MARCADO POR EL ABUSO Y LA POBREZA
A continuación, Laferte compartió algunos de los momentos más difíciles de su vida, incluyendo experiencias de abuso, precariedad y enfermedades.
“Fui violada a los 7 años, a los 11 empecé a beber, fumar y consumir marihuana. Probé la pasta base a los 13, estudié en la D.320, almorzaba en la escuela y solo llegué a octavo básico”, compartió.
“Comencé a trabajar a los 13 años, y desde esa edad hasta los 18 fui abusada por un hombre 20 años mayor que yo, quien me hacía de mánager; él se quedaba con la mitad de lo que ganaba. Durante ese tiempo canté en la calle, en bares, en micros y en circos”, recordó.
¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista?
¿Naces, te haces, lo compras?
Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná, pero la necesidad te enseña a ser más creativa, arreglártelas y a no pedir permiso
¿se imaginan hubiera pedido… pic.twitter.com/c4gCF8z8ip— Mon Laferte (@monlaferte) February 19, 2025
“A los 17 vivía sola con mi abuela, la cuidé después de un derrame cerebral que la dejó postrada. Salía a cantar por las noches y con eso compraba pañales para ella y, a veces, un vestido de segunda mano para mis presentaciones. Aprendí a hacer maravillas cosiendo a mano”, añadió.
“A los 18 encontré una oportunidad en la televisión, fue la salvación de mi vida, ganaba 30 mil pesos a la semana, después comencé a conseguir trabajos extra y así ayudaba a mi familia. Durante los cinco años que estuve en la tele, un productor musical me acosó, me besó a la fuerza varias veces y me trataron de poco talentosa, me lo creí y aguanté por necesidad, pero finalmente tuve el valor de marcharme”, afirmó.
“Con 23 años y 4 millones ahorrados, me mudé a México, sin conexiones, sola y con muchas ganas de salir adelante. Los años que pasé allí fueron complicados, escapé en varias ocasiones de lugares peligrosos en Veracruz; canté versiones de canciones en bares durante 8 años, ganando 300 mil pesos al mes, lo que a veces me permitía apoyar a mi familia en Chile”, comentó.
“Tuve cáncer de tiroides y me operaron en el sistema público de salud. Quedé con parálisis facial y no pude mover el lado derecho de mi rostro durante dos meses. Todavía hoy tengo secuelas, no siento la cara del lado derecho. Casi pierdo la voz después de la operación, pero a los dos meses volví a cantar en los bares, necesitaba trabajar”, reveló.
El gran éxito llegó cuando la cantante cumplió 31 años, aunque antes enfrentó numerosas adversidades.
“A los 31 años lograron mi éxito masivo en la música con un disco como artista independiente; antes de eso, ya había lanzado dos álbumes, toqué innumerables puertas, viví en sillones ajenos y pasé hambre. Luché contra la depresión, intenté quitarme la vida en dos ocasiones y sufrí de alcoholismo, necesitaba que me alimentaran porque tenía temblores por la abstinencia. No podía ni vestirme sola, pero a las dos semanas me levanté y volví a trabajar, empastillada y aún en depresión”, narró.
“Pero, ¿saben qué hice durante todo este tiempo? Pinté, seguí pintando, bordé y lloré mientras lo hacía. Mientras la música me permitía ganarme la vida, la pintura me salvaba de todas las dificultades que enfrenté”, confesó.
“Visité un museo por primera vez en México a los 30 años. Antes no conocía ese mundo, lo veía muy lejano y sentía que no pertenecía a él. Tengo ocho discos publicados y más de mil obras como artista plástica, pero hasta el día de hoy me siento como una intrusa”, admitió.
“Es cierto que hoy tengo una posición privilegiada, me volví una burguesa, una nueva rica, y sé que no pertenezco ni perteneceré, porque siempre seré una flaite (sic), y ahora una flaite famosa. Pienso que jamás podría haber estado en esa cola imaginaria, porque antes de mí estaban los académicos, los que realmente saben pintar”, agregó.
A pesar de las críticas, la cantante confesó sus propias inseguridades sobre su arte.
“Y, ¿saben? A veces estoy de acuerdo con las críticas que hacen de mí. Dudo de mi trabajo y a veces pienso que mi arte no vale nada, dudo de mí misma como artista y también como madre. Dudo de todo porque siempre me dijeron que no servía, y yo me lo creí. Pero sigo adelante, porque lo único que sé hacer es trabajar y amar, amar el arte que ha sido mi salvación”, reflexionó.
“Yo me lo merezco todo”
Finalmente, Mon Laferte culminó su mensaje con una declaración de principios.
“No tengo nada que perder. Para mí, todo ha sido ganancia, porque he superado a la vida. Quiero que sepas que comparto mi arte con humildad y con el respeto que merece mi oficio. No soy mejor que nadie, el arte es subjetivo, eso dicen. Pero todo lo que hago proviene de lo más profundo de mi ser. Soy un animal, una tora, una yegua, como decía Lembel. ‘Siéntate en el piano, destruye la métrica, grita en lugar de cantar’, decía Violeta. No tengo intención de ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a disculparme por ocupar el mío. Esta es mi historia. Y, ¿saben qué? Si esto se trata de meritocracia, entonces yo me lo merezco todo”.
Con Información de www.lanacion.cl