Contratos antiguos aumentan el costo de la energía eléctrica y generan más de 2,2 billones de pesos en beneficios.

Luego de la eliminación del congelamiento en las tarifas eléctricas, los costos de la electricidad han aumentado aproximadamente un 55% a nivel nacional. El pasado enero fue el último mes del proceso de descongelamiento de las tarifas eléctricas, que comenzó en junio de 2024 y se presentó tras tres incrementos en junio, julio y octubre de ese año.

Conforme al Informe Técnico Definitivo para la Fijación de Precios de Nudo Promedio del Sistema Eléctrico Nacional elaborado por la Comisión Nacional de Energía (CNE), se estima que el aumento acumulado de las tarifas alcanzará el 60% desde el descongelamiento. Esta situación ha suscitado inquietudes entre los consumidores, especialmente en un entorno marcado por la inflación y el aumento en los costos de vida.

El impacto de los contratos antiguos en los costos de luz

Un estudio reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (Odecu) identificó un elemento que contribuye al constante aumento de las tarifas eléctricas en el país: los contratos firmados antes de 2015, aún vigentes, están vinculados al precio de los combustibles fósiles. Esto no solo causa variaciones en función de los precios de estos combustibles, sino que también limita a los consumidores regulados el acceso a una matriz energética más limpia y económica.

Estos acuerdos, que fueron diseñados en un contexto económico y tecnológico superado, se han convertido en una carga para los hogares chilenos, según el «Estudio de los Contratos Eléctricos Previos a 2015 Indexados al Precio de los Combustibles en el Mercado Chileno: Impacto en los clientes regulados».

Estos contratos determinan que los precios de la electricidad se ajusten periódicamente según las variaciones de los combustibles fósiles.

La investigación estima que entre junio de 2024 y enero de 2025, los consumidores residenciales enfrentarán un aumento promedio de $14.600 en sus facturas de electricidad, alcanzando un total de $38.000 para un hogar que consuma 180 kWh al mes.

Según Odecu, este aumento desestabiliza los presupuestos familiares y responde tanto a correcciones de tarifas que se habían retrasado durante la pandemia como a la vigencia de los contratos antiguos que trasladan a los consumidores la volatilidad de los precios internacionales de combustibles como el petróleo y el carbón.

Odecu explicó que el incremento en los precios internacionales de los combustibles impacta tanto a los consumidores residenciales como a las empresas, elevando los costos operativos de estas últimas.

Más de $2,2 billones en ganancias para las generadoras

Aunque inicialmente estos contratos se justificaron para asegurar la estabilidad del suministro eléctrico, Odecu afirma que ahora son un anacronismo que beneficia principalmente a las grandes generadoras.

El informe revela que las cuatro empresas generadoras más grandes acumulan el 65% de las ganancias generadas por estas alzas en tarifas.

En los últimos dos años, estas empresas han registrado ingresos extraordinarios, superando los US$2.300 millones anuales, lo que equivale a más de $2.201.100.000.000.

Esto resalta una desigualdad estructural: mientras que los grandes consumidores, como la industria minera, han renegociado sus contratos para beneficiarse de la caída de los costos de las energías renovables, los hogares y pequeñas empresas siguen atrapados en un marco contractual obsoleto.

xr:d:DAE6DXdY2uk:612,j:7030515252611186159,t:23071123

Fallas en la gestión del sistema eléctrico

Por otro lado, Odecu identificó varias negligencias en la gestión del sistema eléctrico que también impactan a los consumidores.

Por ejemplo, un fallo reciente del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) sancionó al Coordinador Eléctrico Nacional por adjudicar una licitación a una empresa con una oferta más costosa, desestimando la opción más económica.

«Este error generó un sobrecosto de US$ 43,25 millones ($41.164 millones) para el sistema, evidenciando la falta de control y supervisión en decisiones críticas», afirmaron desde la organización.

Ante esta realidad, hacen un llamado urgente a la acción, señalando que es fundamental estudiar la renegociación de los contratos antiguos para adaptarlos a las condiciones actuales del mercado energético, que ahora incluye una mayor participación de fuentes renovables.

«Las energías renovables, como la solar y la eólica, son no solo más económicas, sino que también ofrecen estabilidad en los costos a largo plazo. Sin embargo, su efecto en las tarifas es limitado debido al peso desproporcionado de los contratos atados a combustibles fósiles», advirtieron.

Impacto de la indexación de combustibles fósiles en las tarifas

El estudio concluyó con una serie de consideraciones sobre el impacto de la indexación de combustibles fósiles en la determinación de las tarifas eléctricas para clientes regulados. Para más detalles, haz clic aquí.

  • Impacto directo de la indexación de combustibles fósiles: Según Odecu, vincular el precio de la energía al costo de los combustibles fósiles es un factor determinante en la fijación de tarifas eléctricas en Chile. La dependencia del costo de generación basado en combustibles como gas, carbón y petróleo genera que cualquier fluctuación en sus precios repercuta de inmediato en el costo de la electricidad, creando una relación directa entre el mercado de combustibles fósiles y las tarifas a las que deben enfrentar los consumidores finales.
  • Vulnerabilidad a la inestabilidad de los precios internacionales: Las tarifas indexadas a los precios internacionales de los combustibles fósiles hacen que el sistema eléctrico chileno sea vulnerable a la volatilidad de estos mercados. Las variaciones en el coste de los combustibles, influenciadas por factores como políticas energéticas globales, tensiones geopolíticas o cambios en la oferta y demanda mundial, se trasladan a los consumidores. Esta dependencia debilita la estabilidad tarifaria y la previsibilidad de los costos eléctricos en el país.
  • Limitaciones en el control local: Dado que los precios de los combustibles fósiles están mayormente determinados en el mercado internacional, las autoridades tienen un control limitado sobre estos costos. Por lo tanto, aunque se implementen políticas energéticas y contractuales en el país, el margen de maniobra para estabilizar las tarifas en función de los precios de combustibles es restringido.
  • Requiere estrategias complementarias: Debido al efecto de la indexación de combustibles en las tarifas y la dificultad para controlar estos precios, Odecu subraya la necesidad de implementar estrategias complementarias. Esto puede incluir la diversificación hacia fuentes de energía renovables no convencionales, cuyos costos no dependan de los precios de combustibles fósiles. Asimismo, la implementación de mecanismos de estabilización tarifaria podría mitigar la transferencia de volatilidad de precios a los consumidores.
  • Consideraciones para reformas regulatorias: Los hallazgos sugieren la necesidad de revisar los marcos regulatorios y contractuales actuales, buscando minimizar el impacto de la indexación en los precios de los consumidores regulados. Odecu propone evaluar la viabilidad de incorporar contratos con menor exposición a los precios de combustibles fósiles o con cláusulas de revisión adaptativas, para lograr una mayor estabilidad tarifaria y proteger a los consumidores.

«Estas conclusiones resaltan la relevancia de comprender y gestionar el impacto de los combustibles fósiles en la estructura tarifaria, a fin de transitar hacia un sistema eléctrico más estable y menos dependiente de factores externos», indicaron desde la organización.

«No podemos permitir que los contratos antiguos sigan encareciendo la electricidad»

Ante los descubrimientos de la investigación, el presidente de Odecu, Stefan Larenas Riobó, enfatizó que “no podemos permitir que los contratos antiguos sigan encareciendo injustamente la electricidad para las familias chilenas. Es inaceptable que, mientras nuestra matriz energética avanza hacia energías renovables más económicas, los consumidores continúen pagando precios altos debido a acuerdos obsoletos y la falta de voluntad para renegociarlos. Es necesario tomar medidas concretas para que los beneficios de las energías limpias se reflejen en las cuentas de luz de todos los chilenos”.

“Es tiempo de actuar. Los consumidores merecen un sistema eléctrico que refleje los avances tecnológicos y las oportunidades que ofrece el mercado actual. La renegociación de contratos y la promoción de energías renovables son pasos fundamentales para asegurar tarifas justas y sostenibles”, agregó.

La organización sostiene que los consumidores chilenos no pueden seguir cargando con el peso de un sistema diseñado para un pasado que ya no existe.

«La transición hacia un mercado eléctrico más justo y moderno es inevitable, y necesita un compromiso conjunto de empresas, reguladores y usuarios», afirmaron.

Los resultados y conclusiones del informe se enviarán a las autoridades reguladoras, como la Comisión Nacional de Energía (CNE), para impulsar las reformas necesarias.

Para leer el informe completo, haz clic AQUÍ

Con Información de www.elciudadano.com

Publicidad

Comparte:

Popular

Relacionado
Relacionado