
Hernán García Moresco, Magíster en Ingeniería Informática de la USACH, y Diplomado en Big Data. También cuenta con un Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad de Chile. Es Licenciado en Educación en Matemática y Computación por la USACH.
José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos por el Instituto IDEA-USACH, Magíster en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Forma parte del Centro para el Desarrollo Comunal Padre Hurtado.
Las candidaturas públicas actuales tienen la tarea de demostrar credibilidad a través de un buen diseño de campaña. Además, se trata de un proceso en evolución; la lista de candidatos cambiará en los próximos meses, así como los apoyos que recibirán.
Cada candidatura se desarrollará en concordancia con el calendario electoral en Chile. Inicialmente, los representantes del oficialismo participarán en una elección primaria, eligiendo a un único candidato en competencia dentro de su coalición. En esta etapa, las candidaturas de las derechas actuarán como observadores activos, buscando las contradicciones que surjan, ya que no participarán en una primaria como sector.
Se emplearán herramientas de marketing político, incluyendo neuromarketing, el uso de redes sociales y medios de comunicación, así como inteligencia artificial, creando un espacio virtual en competición. Esto generará tensión entre los equipos que buscan gestionar múltiples grupos de WhatsApp y aquellos que preferentemente organizan mítines y actividades en el terreno, una estrategia a mantener con cuidado, ya que las redes pueden distorsionar la esencia del mensaje, afectando su empatía y conexión humana.
La necesidad ecológica de evitar el uso de papel y la contaminación de las calles es un argumento válido, pero un mensaje bien transmitido de persona a persona puede resolver dudas y permitir que los ciudadanos se involucren críticamente en el desarrollo de ideas. De no ser así, quedarán atrapados en generalizaciones y, a veces, en información engañosa que circula en medios electrónicos. La entrega de un documento claro y específico, aunque pueda ser menospreciada si no es leído por todos, es esencial para quienes realmente desean entender el horizonte de acción que ofrecen las candidaturas.
Por lo tanto, los equipos de campaña, también referidos como comandos, no solo deben gestionar estas opciones, sino también considerar los polémicos estudios de opinión. Sobre todo, es importante recordar los resultados de las encuestas previas a las elecciones de 2021, que sorprendieron al contradecir las previsiones de bajo apoyo para Kast y Boric, aunque los resultados finales fueron distintos.
En la actualidad, existe una gran expectativa por conocer los resultados de las encuestas de forma periódica, tratándolas casi como una ley. Sin embargo, estas encuestas son evaluaciones de hechos pasados y algunos las utilizan para proyectar hacia el futuro.
La dinámica de las encuestas a menudo se centra en cuestiones globales (prioridades sociales, situación económica, etc.) y rara vez se enfocan en las acciones concretas de las candidaturas. En este periodo, lo que realmente importa es cómo cada candidato se relaciona con la ciudadanía, acercándolos y permitiendo que interactúen como personas.
El falso dilema entre el uso tradicional del espacio físico y las herramientas de redes sociales y marketing político puede llevar a confusiones si no se equilibran adecuadamente.
Desde esta perspectiva, prestar atención a un despliegue territorial que refleje una genuina comprensión de las realidades locales puede ser clave. La presentación del candidato debe facilitar interacciones claras y directas en el terreno, con argumentos reales que inspiren confianza gracias a trayectorias limpias y transparentes.
Así, ¿cómo se seleccionan los territorios para las campañas? Factores como la ruralidad, urbanización, densidad poblacional y resultados electorales anteriores serán considerados en diversas fórmulas y algoritmos. La manera en que se ponderen y sintetizen estos datos es el desafío que, si se logra superar, puede llevar al éxito en cada elección.
Se sostiene que quien descuida la variable territorial, así como aspectos de pertinencia, coherencia y emocionalidad, estará cediendo terreno, con resultados como el caso de Donald Trump frente a Kamala Harris en Estados Unidos, donde Trump utilizó estrategias asertivas, aunque algunas de sus afirmaciones fueron engañosas, logrando una conexión territorial que no siempre es explicable únicamente por tácticas digitales.
Así, las candidaturas actuales deben manejar adecuadamente la variable territorial-física, creando un ambiente donde la emoción genuina se combine con las necesidades de acción e identidad, capaz de movilizar electores. Es evidente que, incluso la inteligencia artificial, es más efectiva en este contexto de movilización.
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