El primer ministro de Canadá, Mark Carney, afirmó este martes que el país «no está en venta» durante su esperado primer encuentro en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Aunque Trump ha resistido por momentos a abandonar sus ideas soberanistas—«nunca digas nunca», comentó—, también reconoció que «hacen falta dos para bailar un tango».
Esta reunión se considera un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales, tras los arrebatos públicos de Trump hacia Canadá y después de las recientes elecciones en este país, donde Carney y su Partido Liberal salieron victoriosos.
Antes de abrir las puertas de la Casa Blanca, el presidente estadounidense cuestionó nuevamente en redes sociales los supuestos «subsidios» que recibe Canadá y que se beneficia de «protección militar gratuita». En Truth Social, declaró: «No necesitamos nada de lo que tienen», refiriéndose a áreas como la fabricación de vehículos y el suministro de energía.
Sin embargo, ante Carney y los medios, Trump intentó disminuir la tensión, abogando por mantener una relación de «amistad» pese a las discrepancias. «Quiero ser amigo de Canadá», afirmó, sugiriendo de nuevo la idea de que Canadá podría convertirse en el «estado número 51» y destacando las «muchas ventajas» que ello conllevaría.
Trump, destacando su experiencia en el sector inmobiliario, lanzó un reto que Carney aceptó, indicando que, al igual que en el mercado de la vivienda, hay territorios que no están en venta. «No está a la venta y nunca lo estará. Nunca», sentenció el primer ministro canadiense.
Acuerdo comercial
Las cuestiones económicas y comerciales son fundamentales en esta primera reunión entre líderes. No obstante, Trump dejó claro, en respuesta a los periodistas, que nada de lo que Carney diga podría resultar en una revisión de la política de aranceles. «Es como es», señaló.
También está en discusión el futuro del acuerdo comercial firmado entre Estados Unidos, Canadá y México, que expira en 2026 si no hay cambios. Trump se cuestionó sobre la necesidad de ampliarlo, aunque sigue defendiendo que es un «buen pacto para todos».
Según Carney, este acuerdo puede ser «la base para una negociación más amplia, ya que algunas cosas tendrán que cambiar».
Con Información de www.elperiodista.cl