Por Álvaro Bustos Barrera
Kichiro, un restaurante de auténtica cocina japonesa, tiene poco más de cuatro años de trayectoria en Manuel Montt #800, Providencia. En este tiempo, ha logrado destacar dentro de la variada oferta de comida asiática en Santiago. Sus fundadores, Paula Tortella y Edmundo Lazo, quienes son también pareja y socios, han trabajado con estrategia y conocimiento para capturar los sabores de la gastronomía oriental, obteniendo resultados sobresalientes.
Recientemente, mientras organizaba fotos y archivos de mis últimas vacaciones, Edmundo me invitó a descubrir los nuevos platillos de su menú y a probar algunas delicias, así como a conversar un poco.
Fue un sábado caluroso de febrero alrededor de las 14:00 horas cuando llegué al mencionado local, con la inquietud de un adolescente esperando una película en estreno, sumada al hambre que ya sentía a esa hora del día.
Me coloqué en la fila junto a otros comensales a la espera de mi turno, y en poco tiempo, Camilo, uno de los meseros, me indicó que mi mesa estaba lista para que comenzara esta experiencia. “Adelante y bienvenido”, me dijo con un tono muy formal.
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El espacio es pequeño pero muy acogedor, dividido en dos áreas: una interior y otra terraza que se asoma hacia la calle. Dentro hay capacidad para unas 40 personas, y en el exterior, aproximadamente 20 más. El diseño es de estilo zen, promoviendo un ambiente tranquilo y un equilibrio energético, con predominancia de madera y tonos beige, además de música suave a volumen controlado.
Para iniciar, me ofrecieron un Sake Sour, un clásico aperitivo de origen peruano, pero esta vez preparado con el emblemático licor japonés y un toque especial del barman. El resultado fue refrescante y muy agradable, perfecto para combatir el calor del verano, aunque, para ser sincero, prefiero la versión de nuestros vecinos.
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Uno de los primeros platos que probé fue el Usuzukuri curry shiromi, con finos y delicados cortes de pescado blanco (corvina o palometa), nabo, rabanitos, cerezas encurtidas, aceite de curry, limón, un toque de vinagre de arroz y furikake, un condimento seco japonés que complementa diversas preparaciones. Es un plato exquisito, fresco y delicado, cargado de técnica, que mejora a cada bocado.
Continuando con la exploración del nuevo menú, optamos por uno de los rolls sugeridos por la casa. Sin embargo, es importante señalar que este sushi es diferente al que se encuentra en la mayoría de los restaurantes del país, donde a menudo se emplea en exceso el queso crema y otros ingredientes que se alejan de las recetas tradicionales. Aquí se respetan las formulaciones ancestrales de la gastronomía asiática y se cuida la armonía de sabores y texturas.
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Sin duda, el plato más destacado de esta nueva carta es el Sando de filete de res, acompañado de pan brioche crujiente y enmantequillado, 140 gramos de filete empanizado en panko, coleslaw con mayonesa de miso, pepinillos y salsa tonkatsu. Es una preparación bien cuidada, desde la elección del pan hasta la cocción exacta de la carne, con una ensaladilla de col que aporta frescura y sabor, hasta el punto que querrás chuparte los dedos.
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Kichiro, que en español significa “El Hijo Afortunado” y también es uno de los nombres más comunes en Japón para referirse a los michis, impresiona con su correcta interpretación de platillos japoneses, manteniendo la esencia de las recetas y sabores de Asia, apostando por una rica y diversa tradición culinaria caracterizada por su simplicidad, ingredientes frescos y una perfecta armonía de sabores.
El restaurante de Paula y Edmundo continúa su objetivo de ofrecer los clásicos ramen Shoyu, Miso con un toque de picante, Miso vegano o Tantanmen, así como entrantes como el Agedashi tofu, Tori no karaage y ahora la inclusión de pescados frescos y preparaciones como el Usuzukuri sake de salmón, Sashimi shiromi o las brochetas, conocidas como Kushiyaki, de pulpo, pollo o camarón. Para complementar esta experiencia, se recomienda degustar sake, la milenaria bebida alcohólica japonesa.
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Al despedirme, tengo la certeza de haber estado en uno de los mejores lugares de Santiago para disfrutar de comida japonesa. Mientras lanzo una última mirada al local, me vuelve a sorprender su delicada y sobria decoración oriental. Han cuidado los detalles con esmero, desde cuadros y lámparas de papel hasta faroles con bombillas rojas, similares a los empleados en afamados restaurantes de la bulliciosa Tokio, junto a banderines y máscaras tradicionales, como la de Okame, la mujer feliz. Sin duda, un lugar que merece ser visitado, y que deja la duda de cuándo regresar al rincón llamado Kichiro.
Evaluación: ¡Excelente!
Con Información de www.elciudadano.com