Asma: condición crónica responsable de aproximadamente 500,000 muertes anuales.

El asma es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial, afectando a 262 millones de personas y causando 455,000 muertes en 2019. Se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias y sus síntomas más frecuentes incluyen tos, sibilancias y dificultad para respirar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el asma es diagnosticada y tratada menos de lo que se necesita. En América Latina, la carga de esta enfermedad varía considerablemente: de una población de aproximadamente 600 millones, se estima que alrededor de 40 millones sufren de asma. En Chile, la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias (SER) señala que entre el 7% y el 10% de la población padece esta condición, aunque advierten que podría haber un subdiagnóstico.

La doctora Consuelo Rodríguez, inmunóloga clínica, explica que «para algunas personas, el asma es un inconveniente menor, pero para otras puede convertirse en un problema significativo que interfiere en sus actividades diarias y puede desencadenar crisis que amenazan la vida».

Visualice sus vías aéreas como tubos flexibles, que normalmente permiten que el aire fluya sin dificultades. Sin embargo, durante una crisis de asma, estos tubos se estrechan debido a tres factores principales: los músculos de las vías aéreas se contraen (broncoespasmo), la pared se inflama y se acumula moco, lo que obstruye el flujo de aire. Estas alteraciones no solo complican la respiración, sino que también producen sensaciones de ahogo y opresión en el pecho.

Los signos y síntomas del asma pueden intensificarse por diversas razones, como el ejercicio, infecciones respiratorias, factores ambientales o alérgenos en el aire, como el polen o las esporas de moho. «No obstante, un paciente con asma bien controlada puede practicar deportes y hacer ejercicio sin problemas», aclara Rodríguez.

Otros factores como la humedad, la mala ventilación y el hacinamiento en los hogares también pueden agravar los síntomas. Las bajas temperaturas durante el invierno tienden a aumentar las consultas por enfermedades respiratorias.

Clasificación del asma

Según la Clínica Mayo, hay cuatro categorías principales de esta enfermedad:

Asma intermitente leve: síntomas leves hasta dos veces por semana y hasta dos noches al mes.
Asma persistente leve: síntomas más de dos veces por semana, pero no más de una vez al día.
Asma persistente moderada: síntomas diarios y más de una noche por semana.
Asma persistente severa: síntomas todo el día, cada día, y frecuentes por la noche.
La doctora Rodríguez también señala que, aunque el asma no tiene cura, los síntomas pueden ser aliviados mediante diversos tratamientos. «La prevención y el control constante son esenciales para evitar las crisis asmáticas».

Las intervenciones no farmacológicas suelen incluir aprender a identificar desencadenantes y tomar medidas para evitarlos. También es fundamental que los pacientes utilicen correctamente su medicación inhalada para mantener sus síntomas bajo control, comenta la especialista.

Dependiendo de su gravedad, esta enfermedad puede tener efectos adversos en la salud a largo plazo, que incluyen daño pulmonar y de las vías aéreas, interrupciones del sueño, complicaciones durante el embarazo, mayor riesgo de infecciones como la neumonía, obesidad, enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y exacerbaciones que pueden requerir corticosteroides orales, visitas de emergencia e incluso hospitalización.

Con Información de hoysantiago.cl

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